Los niveles de ozono troposférico se han disparado en los últimos años como consecuencia del aumento de las olas de calor. Este tipo de contaminación es tóxica para las personas pero especialmente para la vegetación, ya que daña bosques y cultivos reduciendo su rendimiento. El colectivo Ecologistas en Acción alerta cada cierto tiempo sobre esta realidad ignorada y hace unos meses escribieron al Gobierno de Aragón para reclamar planes concretos al respecto. Esta semana han recibido la constestación oficial, en la que se explica que aunque se han tomado medidas esperan a una «planificación estatal» y a una «respuesta coordinada» para abordar el problema en su totalidad.

«Nos encontramos ante una vieja reivindicación sobre un problema que se ha convertido en estructural», explicó el portavoz de Ecologistas en Acción, Juan Carlos Gracia. Y la presencia de oxígeno troposférico está siendo más preocupante en las zonas del Valle del Ebro, del Bajo Aragón y la Cordillera Ibérica.

Más allá de las afecciones a la salud, el ozono provoca daños en las masas vegetales. Al ser una molécula muy oxidativa las plantas son las primeras afectadas por su presencia. La medición de este contaminante se realiza en periodos de tres años. Y según los datos proporcionados desde Ecologistas en Acción el objetivo de protección humana en la comunidad se incumplió en la estación de Castelnou para el periodo del 2016 al 2018, aunque finalmente las cifras no fueron confirmadas por la Red Regional de Inmisión de Contaminantes Atmosféricos de Aragón.

sin concienciación / Las entidades medioambientales consideran que ante este problema no existe la misma concienciación social que ante contaminantes primarios como el CO2. «Es verdad que estamos ante un problema complejo que no puede abordad una comunidad autónoma en solitario, pero hace falta empezar con el cambio de perspectiva», alertó Gracia.

Ecologistas en Acción lamentó también no encontrar el apoyo de la comunidad agraria a la hora de solicitar planes contra la presencia de ozono troposférico al considerar que en muchos casos desconocen que sufren una afección directa. Recordaron que existe un valor objetivo para la protección de la vegetación, que se evalúa en periodos de cinco años, y que entre 2014 y 2018 se habría incumplido en dos tercios del territorio español, que de esta forma se sitúa (junto con Italia) «a la cabeza de los países europeos por los daños ocasionados por el ozono a los cultivos agrícolas y a los ecosistemas».

Las principales vías de actuación para reducir la contaminación del aire por ozono en Aragón serían la disminución del tráfico motorizado, la reducción de la necesidad de movilidad y la potenciación del transporte público, pues el cambio climático hará que suban los niveles de este gas. También recomiendan facilitar el tránsito peatonal y la bicicleta en las ciudades o la adopción de mejores técnicas industriales disponibles en las zonas más pobladas.

Además, piden que se mejore la información a la ciudadanía, igual que sucede con las alertas que se lanzan por las altas temperaturas.