Los trabajadores de la fábrica zaragozana de Schindler han secundado este miércoles masivamente el primer paro parcial (cuatro horas) convocado por el comité contra el cierre de la planta, que provocará el despidos de 119 personas. Una amplia mayoría de empleados se ha sumado a la protesta en los tres turnos (dos del taller y uno de la parte de oficinas), lo que supone una demostración de fuerza de la plantilla, que se muestra indignada con la decisión adoptada por el fabricante suizo de ascensores de deslocalizar la producción a una factoría de Eslovaquia para ahorrar costes laborales.

En el turno de la mañana, 44 de los 45 trabajadores convocados al paro de cuatro horas no se incorporaron a sus puestos, con lo que la huelga parcial tuvo un respaldo del 99%. Este porcentaje de apoyo fue muy similar en el resto de equipos de trabajo, según informaron fuentes sindicales. La jornada de protesta se ha completado con un concentración en la plaza de España entre las 11.30 y 12.30 de la mañana, donde más de un centenar de personas han expresado con pitos, chalecos y pancartas su rechazo frontal al cierre y los despidos. Era la segunda vez que los trabajadores de Schindler salían a la calle y lo volverán hacer este jueves, ya que hay convocado un nuevo paro parcial. Si la negociación entre empresa y comité no da sus frutos, las movilizaciones se endurecerán la próxima semana, con dos jornadas de huelga total los días 19 y 20 de febrero.

HACER LAS MALETAS

Lo más comentado en los corrillos de trabajadores que había en el acto de protesta ha sido la última oferta planteada por la compañía, que se decanta ahora por un cierre gradual de la planta que se prolongaría hasta noviembre, en lugar de echar la persiana el 30 de abril. Ofrece también recolocar a 31 afectados en otros centros de trabajo que tiene en el mercado ibérico (España, Portugal y Andorra), de los que 15 serían en Zaragoza, y otros 11 posibles traslados a las plantas de Eslovaquia (9) y de Ebikon, en Suiza (2).

La propuesta genera división de opiniones entre la plantilla. El presidente del comité, José Antonio Dieste, ha considerado favorable que se escalone el cierre. «No es lo mismo a la hora de buscar recolocaciones que estas haya que buscarlas en 60 días a poder tener un plazo de cerca de un año», ha apuntado. Otro aspecto positivo de la prórroga es que permitirá que 30 trabajadores -12 más de los 18 previstos inicialmente- puedan acogerse a la conocidas popularmente como prejubilaciones, es decir, un convenio especial con la Seguridad Social por el que la empresa paga la cotización del trabajador hasta que puede acogerse a la jubilación anticipada a los 63 años.

A estas consideraciones hay que sumar, según Dieste, que mientras la fábrica siga abierta, «siempre existe la opción y la esperanza de que la decisión de cierre pueda revertirse». «Todo lo que sea posponer la decisión final --ha agregado-- siempre es positivo porque puede abrir el margen de posibilidades». A pesar de ello, el presidente del comité ha apostado por continuar con las movilizaciones «porque nuestra pretensión es paralizar el ERE», aunque eso no es óbice para «mirar a la negociación para conseguir las mejores condiciones». Sobre las recolocaciones, se ha mostrado algo cauteloso por las dificultades que implican los traslados fuera de Zaragoza. «Coger la maleta e irte a León es muy complicado. Y a Suiza o Eslovaquia mucho más», ha apuntado.

ESCEPTICISMO

Alfonso Cebrián, que lleva 32 años trabajando a Schindler, ha lamentado que el cierre «sea irreversible», pero valoró que, al menos, no sea de forma inmediata, ya que gracias a ello, por ejemplo, él sería uno de los que podría acceder al convenio especial con el Seguro hasta la jubilación. Otros empleados, sin embargo, creen que casi nada ha cambiado en la negociación, porque las recolocaciones «están en el aire» y el cierre igual. «Con los años que tengo no me puedo ir a Cádiz con la familia a montar ascensores», ha afirmado José María Bornete. «Lo que hay que conseguir es que el ERE se eche atrás», ha reivindicado. «Esta empresa tiene dinero y se ha demostrado que hace la deslocalización solo para tener más beneficios», ha criticado.

Empresa y comité volverán a reunirse el viernes y afrontarán así la recta final de negociación del ERE, que debería finalizar el próximo 21 de febrero.

APOYO DE LAS CORTES DE ARAGÓN

Por otra parte, las Cortes de Aragón han aprobado este miércoles una iniciativa de apoyo a los trabajadores afectados por el cierre de Schindler. El texto, secundado por todos los grupos políticos, insta al Gobierno de Aragón a «exhortar a las partes a negociar para alcanzar un acuerdo satisfactorio» y manifiesta la «contrariedad» de todos los firmantes «ante la eventualidad de la deslocalización». En el cuerpo de la declaración se hace referencia y se muestra solidaridad con las 119 personas afectadas por el ERE «y con sus familias», así como con «los numerosos proveedores que quedarían prejudicados por la medida». También se apuesta por el diálogo, aunque se reconoce que las negociaciones por ahora no han tenido éxito.