La plataforma en defensa del Queiles ha alertado esta semana sobre la posibilidad de que el Gobierno de Navarra ponga en marcha un trasvase del río (dentro de la misma cuenca) para abastecer a los municipios de la ribera baja.

Para evitar una nueva transferencia como la que ya reciben Fitero y Cintruénigo la plataforma, integrada en Coagret y con el apoyo de Cuenca Azul (46 organizaciones que forman la red de organizaciones en Defensa de la Cuenca del Ebro) ha dirigido un escrito a los Gobiernos de Aragón y Navarra manifestando su postura contraria al posible trasvase. En este sentido Cuenca Azul ya se pronunció en alegaciones al actual Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro (PHCE) con el fin de aprovechar los recursos dentro de la propia subcuenca y evitar así trasvases a otras cuencas.

La alerta nace tras conocerse que el Gobierno de Navarra ha hecho público un estudio de alternativas para garantizar las necesidades de riego y abastecimiento de agua de boca e industria en los municipios que conforman la denominada ribera sur, dependientes de Tudela.

conflicto territorial / La plataforma advierte que la gestión se ha considerado «un debate interno» sin tener en cuenta los posibles conflictos territoriales que supone decidir sobre las aguas de un río que pasa por diversas comunidades autónomas. «En estos momentos el proyecto se está sometiendo a una consulta entre los municipios navarros antes de tomar una decisión definitiva entre las alternativas que barajan», aseguran desde el colectivo ecologista.

El principal riesgo es que los municipos que recibirán el agua de boca se decante por la posibilidad de utilizar agua del Queiles mediante un trasvase. La plataforma en defensa del cauce teme que esta decisión aumente el malestar popular al beneficiar una zona tradicionalmente bien tratada por las administraciones en detrimento de comarcas con menor desarrollo. «Este hecho merece ser reclamado para su reversión y aceptar un mayor caudal a trasvasar como se pretende no puede ser permitido por gobiernos democráticos de Aragón y de Navarra», alertan.

Sobre la mesa, los colectivos ecologistas también ponen las afecciones indirectas que provoca este tipo de planificación hidrológica. «Las consecuencias sociales, ambientales y económicas para el río y para los pueblos aragoneses serán cuantiosas», señalan.

La plataforma reclama a las dos administraciones que actúen de forma preventiva «en defensa de los derechos e intereses de todos los ciudadanos» y abandonen la alternativa del trasvase. Además, reclaman más esfuerzo a la hora de garantizar los caudales ambientales y un cambio en el modelo de gestión acorde con la llama nueva cultura del agua. Por el momento no se han planteado acciones de mayor calado, aunque no son descartables.