Después de cuatro años en los que la crispación ha sido la protagonista durante las sesiones plenarias del Ayuntamiento de Zaragoza, ayer había un colegueo propio del primer día de clase, cuando todavía no ha dado tiempo a peleas, puyas, enfados y desenfados. Todo eran saludos, abrazos, sonrisas, bromas,... salvo con los tres concejales de Zaragoza en Común (ZeC), que llegaron tarde. A las 13.06 entraban por el salón de plenos, cuando habían sido convocados a las 13.00. De hecho, el alcalde Jorge Azcón se estrenó con un «perdón» porque inició la sesión sin que Santisteve, Broto y Cubero estuviesen en la sala.

Que reinase la calma no significa que no hubiese alguna que otra crítica y zasca. El primero lleva el nombre de María Navarro, titular de Presidencia, Hacienda e Interior. Después de las críticas de la socialista Pilar Alegría por haber formado un Gobierno sustentando por los votos de «la ultraderecha», le recordó que «el PSOE aupó a ZeC, que ahora es Podemos, ZeC, IU y el comunismo». Eso sí, admitió que la estructura del Gobierno es totalmente opuesta a la que diseñó ZeC, tras las críticas de su portavoz, el de Podemos y Alegría por el aumento del gasto que va a generar. Si en algo coincidieron PSOE- PP y Cs es en que «hay que volver a poner en marcha la ciudad», como dijo Alegría, en un claro dardo dirigido a ZeC. En la sesión de ayer hubo dos palabras estrella: «consenso» y «acuerdo» que son, según Azcón, las que quiere que marquen la tónica de la legislatura. Ya se verá.