Hay ya teorías complejas sobre el papel que los media tuvieron en el resultado electoral del día 14. He leído opiniones según las cuales en aquella jornada fracasó la opción oligárquica que venía fundamentándose en la manipulación informativa, y triunfó la alternativa populista gracias al desarrollo de nuevos canales de comunicación a través de Internet, el correo electrónico y los móviles, usados por vez primera como terminal noticioso en tiempo real (lo cual, por cierto, ya había sido advertido meses atrás en el foro sobre periodismo electrónico que cada año se celebra en Huesca).

Las cosas de la comunicación van tan deprisa y cambian a tal velocidad que uno no sabe ya muy bien lo que está pasando. Otros analistas advierten de que las comunidades donde el PP fracasó electoralmente de forma más rotunda (al margen de Aragón, que plantea su propia casuística) fueron justamente las que disponían de canales propios de televisión pública mediante los cuales la ciudadanía pudo conocer una realidad distinta y mucho más veraz que la ofrecida a esas horas por Televisión Española. En calle Génova creen además que la clave de su derrota estuvo en la línea informativa y editorial de los medios rebeldes , en la campaña previa de los cineastas progres y otros intelectuales revanchistas y en la enemiga de notables periodistas supervivientes de las purgas desencadenadas a partir del 2000.

Sea como fuere, a nadie se le oculta la existencia una clara correlación entre la derrota electoral de la derecha española y su incapacidad para mantener bajo control la compleja galaxia mediática (lo intentaron pero no lo lograron). Lo cual abona el interés por esa televisión autonómica aragonesa, cuya función a la hora de diversificar los mensajes cada vez presenta mayor interés. TV3, la de nuestros vecinos, ha sido esencial para romper la estrategia anti-tripartito. Además, pásmense ustedes, el President Maragall se ha empeñado en hacer de la radio televisión catalana una copia fiel de la BBC: pública, independiente y educativa. Canal Sur, la andaluza, se justifica con el simple mérito de emitir Los ratones coloraos , el siempre impresionante programa de Jesús Quintero. Finalmente, éstas y todas las demás televisiones han justificado su existencia contribuyendo al pluralismo informativo. Cuantos más medios haya, mejor. Y en Aragón, ni les cuento.