La población extranjera en Aragón ya es un 11,2% del total. En la comunidad residen 148.724 personas extranjeras, un porcentaje ligeramente superior a la media estatal (10,69%), algo que la sitúa en la octava posición del conjunto autonómico. Desde el sindicato Comisiones Obreras (CCOO), autores del informe La población inmigrante en Aragón 2020, recordaron ayer que la llegada de extranjeros «es un elemento clave para el impulso de la economía y el sostenimiento del estado del bienestar». Sin embargo, denuncian que la precariedad laboral y los bajos sueldos se ceban con un colectivo fundamental «para afrontar el reto de la despoblación».

Los responsables sindicales afirmaron que durante el 2019 se incorporaron a la comunidad 12.569 personas. Proceden de 152 países, aunque los más numerosos son de Rumanía (suponen el 39,15%) y Marruecos (el 12,45%). En su mayoría se dedicaron a oficios relacionados con al sector agrario y a los servicios. En todo caso, la realidad es que ocupan «los puestos de trabajo peor valorados y menos deseados por el resto de la población». Por eso los representantes de los trabajadores reclaman «un discurso comprometido y valiente» por parte de las autoridades para evitar abusos y discriminaciones. «La diversidad es riqueza», insisten.

MUJER Y CUIDADOS

En este aspecto han constatado diferencias fundamentales entre hombres y mujeres. El secretario general del sindicato en Aragón, Manuel Pina, y la secretaria de Diálogo y Acción Social, Marta Arjón precisaron que las inmigrantes han sido «un factor fundamentar la para la conciliación y la incorporación de las aragonesas al mercado de trabajo». Pero eso no les impide afrontar la realidad de que esos ámbitos también son los que tienen peores condiciones laborales y más incertidumbre sobre su continuidad. «Su labor se centra en actividades relacionadas con los cuidados personales y domésticos», precisan. Esto implica, entre otros problemas, estar todavía muy por debajo del salario medio.

Según el informe de CCOO, la población ocupada inmigrante asciende a 79.600 personas y representan el 13,55% del total. Poco a poco se iguala la tasa de ocupación entre hombres (6,93%) y las mujeres (6,62%). A pesar de que los niveles de contratación extranjera se hayan recuperado en los últimos años, gracias a las campañas agrícolas y el auge del sector servicios, la población extranjera soporta unas peores condiciones contractuales que la autóctona. «De los 183.210 contratos que se firmaron en el 2019 con trabajadores inmigrantes, 167.247 fueron de carácter temporal», aseguró Arjol.

La representación territorial de este colectivo sigue las dinámicas demográfica de la comunidad. El mayor volumen de contratación lo ostenta Zaragoza con 132.409 contratos. Crece la contratación en Huesca si se comparan los datos entre el 2018 y el 2019 (el informe destaca que se firmaron 34.008 contratos, 5083 más que el año pasado) y aumenta levemente en Teruel con 217 contratos más que en 2018 y un total de 11.710 en el 2019.

SIN RECUPERACIÓN

En cuanto al paro, un problema común del mercado laboral al que también tienen que hacer frente los inmigrantes, se constata que durante el pasado año el desempleo extranjero supuso el 29,47% del total que hay en Aragón. Si se comparan los datos con el año 2008 equivalía al 21,05%, estimando que había más población extranjera que el año pasado. La tasa de paro inmigrante en el 2008 era del 14,43% y en el 2019 del 19,52%. «En la última década se ha recuperado el nivel de ocupación que había antes de la crisis, pero ha crecido un 3,11% entre los aragoneses y ha caído un 2,57% para la población extranjera», dice la responsable. Y consideran que estas cifras «reafirman que la inmigración no quita trabajo a la población autóctona», según Arjol.

EXCLUSIÓN SOCIAL

Finalmente, desde CCOO aseguraron que la elevada temporalidad que soportan los inmigrantes «limita su acceso a la protección social y aumenta el riesgo de exclusión social». El número de beneficiarios extranjeros por desempleo, ascendió en el 2019 a 7.850 personas en Aragón. Respecto al 2018 supone un incremento del 10,81% pero sigue siendo un grado de cobertura más bajo que el de la población aragonesa: mientras la tasa de cobertura por desempleo se sitúa en el 64,32%, para la población extranjera parada alcanza el 48,52%, 16 puntos menos. La tasa de riesgo de pobreza para los extranjeros se sitúa en el 38,2%, 20,5 puntos por encima de la aragonesa.