El primer día de apertura de los siete comedores escolares abiertos en Aragón para abastecer a niños con escasez de recursos, se saldó con menos afluencia de la esperada. De hecho, y según pudo comprobar este diario tras consultar con familias que sí acudieron, en algún centro faltaron hasta la mitad de los niños que habían obtenido plaza para comer en ese colegio.

La organización y preparación de la comida se desarrolló con toda normalidad y las empresas encargadas de gestionar la iniciativa --en la mayor parte de casos las mismas que planifican el programa Abierto por vacaciones, ejecutaron el plan sin problemas, a excepción de esa falta de alumnos, que provocó que sobrara una cantidad de comida inesperada.

La duda reside ahora en saber si el gran volumen de ausencias --240 niños obtuvieron la autorización para comer en estos centros-- continúa durante la semana y si la aceptación será mayor en el segundo plazo --hasta el viernes-- habilitado por la Administración para presentar solicitud. Los niños que consigan ahora ese permiso podrán empezar a comer en el colegio designado el día 8.

Sin embargo, todo apunta a que la demanda tampoco será numerosa. Así, al menos, lo entienden desde los colegios aunque tampoco la Administración tienen buenas sensaciones en este sentido.

Por ello, el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) busca destino a la cantidad sobrante de los 720.000 euros financiados por el Ministerio de Sanidad para este programa. Y todo apunta a que se destinarán a la prestación del IASS para familias con menores. De momento, la DGA todavía no ha recibido la partida procedente del Estado.