El secretario general de Podemos Aragón, Nacho Escartín, continúa sus jornadas de silencio y reflexión, que anunció vía Twitter, tanto ante los medios como en el consejo ciudadano estatal de la formación morada, celebrado ayer en Madrid. Allí intervino, pero de forma más conciliadora de lo que acostumbra últimamente. Maru Díaz, que no podía asistir físicamente, intervino por Skype en una ronda previa con los candidatos que tienen posibilidades (matemáticas) de entrar en gobiernos autonómicos.

Fue una reunión en la que Aragón, con la destitución de Pablo Echenique de la Secretaría de Organización, desapareció de cualquier puesto en la dirección del partido, pero en la que la delegación andaluza fue la única que alzó algo la voz contra los planes de Iglesias de entrar en el Gobierno de Pedro Sánchez, en favor de un acuerdo programático y un apoyo limitado a la investidura.

Mientras, las voces críticas contra Escartín y el resto de la cúpula de Podemos en la comunidad siguen creciendo. Al comunicado del Círculo Podemos Huesca que pedía su dimisión, y el malestar en otros, se une la recogida de firmas para apoyar una denuncia ante el comité de garantías del partido en Madrid, instando igualmente a que expulse al secretario general y algunos de sus más destacados dirigentes. La denuncia en realidad es anterior al 26-M y se centra en gran medida en el fallido proceso de confluencia con ZeC.

Lo que sostienen los firmantes (una veintena hasta el momento) es, en síntesis, que el mandato de la asamblea ciudadana de marzo del año pasado, en la que el 89% de los votantes aragoneses apoyó confluir con las «marcas consolidadas» como Zaragoza en Común, debió primar sobre la decisión de Escartín. Aunque este siempre ha defendido que no le dejaron opción, al haber tomado IU todo el poder en ZeC e imponer unas condiciones leoninas.

También apuntan que se incluyeron el las listas autonómicas nombres que no se presentaron a primarias (como Violeta Barba), aunque fueran suplentes.