Podemos se topa poco a poco con la realidad. De la equidistancia e incluso el desdén con el que trataban al PSOE durante las negociaciones para la investidura y posteriormente en el debate en el que dieron su apoyo a Javier Lambán, se ha pasado a la urgencia por capitalizar las medidas del Gobierno. La formación morada no quiere estar en el Pignatelli, repudia los sillones, pero luego quiere ser protagonista, ser partícipe de las decisiones del Ejecutivo.

Solo así se entiende que ayer, Pablo Echenique anunciase, sin venir a cuento, que el Gobierno dará tarjetas sanitarias a los ciudadanos a los que el PP se las quitó. Habló de entre 20.000 y 40.000, cuando las que se eliminaron en su día fueron 15.000, en una falta evidente de rigor. Pocas horas antes, el líder de Podemos se había reunido en el Pignatelli con Javier Lambán., con el que conversó de esta cuestión, pero sin entrar en mayores detalles, según explicaron desde el Ejecutivo.

En el PSOE pillaron un tanto por sorpresa las declaraciones de Echenique, pero se mostraron comprensivos. Incluso el presidente Lambán, preguntado sobre el tema, se limitó a decir que si el líder de Podemos había dicho que se entregarían entre 20.000 y 40.000 tarjetas, así se haría. El partido violeta ha pasado en pocos meses de tener una relevancia mediática y política casi apabullante, a quedarse en un segundo término. Algo que no terminan de digerir en la formación.

Con 14 diputados se entiende en Podemos que su papel debería ser más importante. Y observan con preocupación como otras fuerzas, sobre todo CHA, adquieren un protagonismo que se juzga excesivo, teniendo en cuenta que solo tiene dos escaños en las Cortes. La diferencia de peso parlamentario no tiene una traslación directa en la realidad, y eso está dando más de un quebradero de cabeza a Echenique y los suyos.

Podemos parece olvidar que eligió estar en oposición, y que por lo tanto su labor debe ser de control del Gobierno. Si estuviesen en el Gobierno, con varias consejerías, la situación sería diferente. Pero con el Parlamento aún sin actividad ordinaria, el papel de la oposición es ahora mismo secundario y Echenique, acostumbrado a tener foco mediático permanente, lo está acusando.

Por mucho que Pablo Echenique quisiese ayer presentar el llamado Observatorio Ciudadano --que vigilará el cumplimiento del pacto de investidura--, es consciente que son las medidas sociales que se están implementando desde el Gobierno las que se llevan los titulares. De ahí que hablase de las tarjetas sanitarias, algo que debería haber anunciado el consejero del ramo y no él. Pero el PSOE, que necesita a la formación morada, está dispuesto a ceder parte del protagonismo a su aliado.