Las carencias y retrasos de la Justicia en la comunidad protagonizaron ayer la toma de posesión del nuevo presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, Fernando Zubiri, celebrada en la Audiencia. El acto, al que asistieron los responsables de todas las instituciones, fue introducido por el vicepresidente del Poder Judicial, Fernando Salinas, quien hizo un repaso de los "puntos negros" de la Justicia en la región.

Salinas destacó que el principal problema, como en el resto del país, son "los tiempos de espera" que padecen los usuarios. Si bien aseguró que la Justicia "funciona razonablemente bien en la comunidad", manejó los datos del Poder Judicial, que revelan un incremento de los casos pendientes de resolver durante el año 2003, al haber pasado de 37.235 a 39.303 en ese periodo.

Según manifestó, el año pasado ingresaron en los juzgados aragonesas 36.193 causas y se resolvieron 34.916. "El problema no está sólo en la tendencia al incremento de los casos pendientes, sino que, además, el 31 de diciembre pasado había 29.947 sentencias ya dictadas y pendientes de ejecutar".

En su opinión, esta situación no es alarmante porque Aragón está en la media española y hay otros casos más graves, como el de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo, donde una demanda puede tardar siete años en resolverse. "Si a esto añadimos el tiempo previo, desde que se presenta en el juzgado de Primera Instancia hasta que se produce la sentencia en el Supremo pueden haber transcurrido 12 años", añadió.

El vicepresidente del Poder Judicial explicó que el gran problema de España es la falta de jueces, con una relación de 10 por cada 100.000 habitantes, cuando en Alemania es de 29 y en Italia, de 13. Aragón está en la media nacional.

Salinas añadió que es difícil crear las plazas judiciales que se vienen solicitando desde Aragón, "porque el año pasado sólo se crearon 30 nuevas en todo el país". Señaló también la contradicción de que el próximo mes de abril saldrán 230 nuevos jueces de la Escuela Judicial, "que no ejercerán en un juzgado y sólo podran hacer sustituciones".

Asimismo, señaló la urgencia de crear en Aragón un nuevo Juzgado de Vigilancia Penitenciaria, porque el único que existe tiene que atender ya a más de 2.000 presos.

Para paliar esta situación, Salinas se mostró partidario de dar más atribuciones a los tribunales superiores de justicia y dejar al Supremo para unificar doctrina. "Ya ocurre en lo laboral, con la Sala IV, y no se ha roto la unidad de España", añadió en clara alusión a las críticas del PP.

Por su parte, en su discurso de toma de posesión, Zubiri explicó su línea de actuación al frente del TSJA, apoyada en tres principios rectores: "La concepción de la Justicia como servicio público, la presidencia de los tribunales como cargo temporal y la responsabilidad de los presidentes ante la sociedad por su gestión gubernativa".

Zubiri recordó las necesidades más acuciantes de la Justicia en Aragón, "que exige unos edificios judiciales dignos", y añadió: "Ello se concreta en la ampliación de este Palacio de Justicia y, de modo general, en la racionalización de los señalamientos, optimizando recursos y evitando esperas y dilaciones; en la constitución de salas de testigos" y en la generalización de oficinas de información y atención al ciudadano, entre otros objetivos.