El Ayuntamiento de Zaragoza comenzará a derribar hoy la histórica fachada ubicada en la calle Pignatelli, a la altura del número 78, que se mantiene en pie gracias a un andamio. Lo hará después de que la Justicia le haya dado la autorización para hacerlo, tras otorgarle la declaración de ruina. «Vamos a acabar con un espacio que físicamente suponía un aspecto de impunidad y que ha sido un problema para vecinos de Pignatelli», explicó el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano.

Desde la Asociación de Vecinos Lanuza Casco Viejo criticaron la decisión al tratarse de una fachada declarada de interés medioambiental y requirieron que se mantenga intacta.

La entidad, que instó al ayuntamiento a paralizar al derribo, recordó que han presentado decenas de escritos solicitando al ayuntamiento la retirada del andamio y la construcción de viviendas en el mismo espacio, pero con la condición de que la fachada se proteja.

También piden su paralización desde Apudepa, que proponen que el andamio que sostiene la fachada se instale por su interior para que no sufra daño alguno.

Desde Zaragoza en Común (ZeC) también reaccionaron al anuncio de Serrano. «No sabemos si esta decisión de llevarse todo por delante es directamente una barbaridad, fruto del desconocimiento, o simplemente ganas de vender humo», señaló su portavoz, Pedro Santisteve.

Serrano anunció ayer que no será el único edificio que desaparezca de la escena urbana. El Gobierno municipal quiere actuar en esta zona de la ciudad, muy degradada y con varios bloques abandonados que han acabado siendo okupados. Sin embargo, admitió que se trata de un problema de seguridad y no urbanístico, aunque, añadió, todo está relacionado.