La imposición de una tasa de 200 euros, a modo de fianza, impuesta por la Universidad de Zaragoza para los alumnos que se preinscriban en un máster ha provocado el malestar de alumnos colectivos estudiantiles, que critican que esta cuantía se pierda en el caso de que el estudiante decida, finalmente, matricularse en otro campus distinto al aragonés.

Es el caso de Colectivo de Estudiantes Progresistas de Aragón (CEPA) que, a través de las redes sociales, dejó patente ayer su denuncia por esta nueva tasa incluida en el nuevo modelo de preinscripción y que el rectorado impone para reservar plaza en caso de ser admitido y que se descuenta del precio a pagar al matricularse definitivamente en septiembre. «Si bien esto supone a los estudiantes tener que adelantar a la universidad 200 euros de la matrícula incluso si se va a contar con una beca que libere el pago, el principal problema es para los estudiantes que decidan irse a otra universidad a estudiar el máster», expuso ayer el colectivo estudiantil. Porque estos alumnos que no estén completamente seguros de conseguir plaza en su universidad de destino «se ven obligados a prematricularse en Zaragoza salvo que estén completamente seguros de conseguir esa plaza para evitar quedarse tirados si finalmente no obtienen ese puesto en la universidad de destino. Y, por tanto, a pagar 200 euros que no recuperará si logra matricularse en ella», expone CEPA.

Por su parte, la Universidad de Zaragoza mostró su sorpresa por la reacción a una medida que los alumnos conocen «desde marzo». «Nadie se ha quejado hasta ahora», aseguró el vicerrector de Política Académica, Gerardo Sanz, que subrayó que la tasa «es una reserva de una plaza que se quita a otro». En todo caso, la fianza solo se pierde si se va a otra universidad y en cualquier otro caso se devuelve. Ni tiene afán recaudatorio ni se pretende machacar a nadie», apuntó.