«Mi despacho está abierto para todos. A gais, a lesbianas, a normales y a no normales». La primera comisión de Acción Social y Familia del mandato se desarrollaba ayer en el Ayuntamiento de Zaragoza muy alejada del tono bronco del anterior periodo. Todo, hasta que la concejala de Vox Carmen Rouco pronunció las palabras que encabezan esta información. Tras ello, la tranquilidad saltó por los aires y regresó al salón de plenos, por unos momentos, la crispación que marcó los tiempos recientes en el consistorio. La distinción de Rouco indignó al portavoz de Podemos, Fernando Rivarés, que acusó de homófoba a la representante de Vox y acabó abandonando la sala, acompañado por la otra edila de la formación morada, Amparo Bella.

Fue durante la pregunta del partido de Santiago Abascal acerca de la asesoría sexológica para mayores que realiza el ayuntamiento. Punto que, por cierto, ya venía marcado por la polémica al incluir el interrogante acerca de quiénes son los profesionales que prestan este servicio.

NEOFASCISMO

Rivarés intervino denunciando el «neofascismo» de Vox, puesto que ataca a la comunidad LGTBIQ. Rouco aseveró que con esta pregunta querían saber a dónde van las partidas municipales para controlarlas y que no vayan «a chiringuitos». «Igual es lo que le molesta», apostilló. A continuación, la edila pronunció la frase del día y todo se desbarató. «Homófoba, que eres una homófoba», exclamó Rivarés, que aseguró que «su homofobia va a recorrer España».

A pesar de los intentos del presidente de la comisión, el edil Ángel Lorén, dirigidos a bajar la tensión, la escena concluyó con la explicación de Rouco de lo anteriormente afirmado. Dijo que en la comisión también se habló de discapacitados y que todos están invitados a su despacho, incluidos «los chabolistas». «Si usted es susceptible, yo no tengo la culpa», concluyó en referencia a Rivarés.

Además del rifirrafe, la edila del PP Paloma Espinosa desglosó en este turno los principales datos de la asesoría, como que se estuvo desarrollando desde el 2007 y hasta el 2014, y la cualificación de estos expertos, un médico y un doctor en psicología con formación de postgrado en sexología, aunque no desveló aspectos personales.

Tras ello, Rouco quiso conocer por qué se dejó de prestar este servicio, si era «tan importante», desde el 2014 y hasta noviembre del 2018. También preguntó por qué no lo recuperó hasta ese momento la «extrema izquierda radical» de la anterior corporación. La respuesta vino de Espinosa, que precisó que fue la falta de presupuesto la que obligó a dejar de ofrecer la asesoría.

El enfrentamiento de Rivarés con Rouco fue el plato fuerte de una comisión que avanzaba en un tono cordial, salvo por algunas puyas dirigidas a la corporación PP-Cs por el apoyo de la formación de ultraderecha, realizadas desde ZeC y Podemos, o a la «extrema izquierda radical», en dirección a estas dos fuerzas desde Vox. Peccata minuta comparadas con lo que vino al final de la sesión y con lo desgraciadamente habitual del anterior mandato.

Poco después de la bronca, los dos ediles de Podemos abandonaron el salón de plenos voluntariamente y la comisión se dirigió a sus últimos momentos, ya tranquilos. Todo, a pesar de que Lorén pidió en el inicio de la sesión evitar «las descalificaciones personales». Menos mal.