Visten con bata blanca y su arma más empleada no es una pistola reglamentaria, que también llevan como cualquier agente, sino utensilios como guantes de látex, torundas, pinceles, microscopios o reactivos químicos. Son hombres y mujeres que componen la Brigada Provincial de la Policía Científica de Zaragoza y que están de celebración porque este servicio cumple 25 años.

Al frente de ella está la inspectora jefe Pilar García desde el 2014, si bien su primer contacto con esta manera de investigar un delito fue en el 2006 en Madrid. Muchos son los cambios que ha visto gracias a los avances tecnológicos, entre ellos, la sustitución de la fotografía analógica por la digital.

Recuerda, por ejemplo, que antes había un cuarto donde se revelaban las fotografías como cualquier laboratorio profesional. «Hubo muchas reticencias al principio, recuerdo que la calidad no era la misma e incluso había detalles que pasaban desapercibidos en los primeros años», reconoce García, quien, a pesar de todo, destaca el avance para fichar a detenidos con rapidez y poder introducir todos los datos en el SAID (Sistema Automático de Identificación Dactilar) que desde el año 2009 cuenta no solo con huellas dactilares, sino también palmares. García desmonta un mito extendido: a los arrestados se les toman de todos los dedos de las manos y no solo de los índices como cuando uno va a realizarse el DNI. Una cuestión importante de cara a investigar casos de robos u homicidios.

Se da la circunstancia de que fue en Zaragoza, en la Exposición Hispanofrancesa de 1908, cuando el doctor Oloriz Aguilera presentó el nuevo sistema de identificación de personas con huellas que desde ocho años antes se había desarrollado en Inglaterra.

EL ADN

A las huellas también se añaden otros registros como es el caso de los tatuajes que puede lucir una persona o el ADN. Esto último siempre es con el consentimiento del detenido o, en caso de que sea muy necesario y no lo acepte, con autorización del juez.

Otro de los servicios que realizan los agentes de la Brigada de Policía Científica es el de revelado químico. Cuando llegan a una escena del crimen o de un robo emplean no solo reactivos físicos como el conocido polvo blanco, sino una serie de productos químicos que, en opinión de la inspectora jefa García, «dan mejores resultados». Lo consiguen gracias a un producto que se llama Cianocrilato y que actúa como si fuera un pegamento en el que se pueden observar vestigios hasta en superficies húmedas.

Otra de las especialidades de estos agentes gira en torno al laboratorio de balística que lleva activado desde hace solo cinco años. Anteriormente estaba en Barcelona, si bien el gran volumen de análisis hizo que se creara una plaza propia en la capital aragonesa. Estos agentes son capaces de analizar una bala y el cartucho y saber todo lo relacionado con ella y con el arma utilizada. Incluso si ha sido empleada anteriormente para cometer un hecho delictivo. En una simple muesca son capaces de ver información.

Es por ello que estos agentes, además de formarse como policías en la academia de Ávila, también tienen la obligación de haberse formado a nivel científico. De ahí que entre ellos haya biólogos, farmacéuticos o químicos.

También informáticos porque en ellos recae una labor muy importante en estos tiempos en los que las estafas online o la sextorsión están auge. Son capaces de analizar un teléfono móvil o un ordenador y recuperar incluso todo el material que ha sido borrado. Lo hacen también con respecto a los pedófilos. La inspectora jefa de la Brigada de Policía Científica recuerda la ocasión en la que tuvieron que analizar una videoconsola que había empleado un joven para compartir fotos sexuales de menores.

A todo ello se añade otra labor que es conocida como Documentoscopia. A los policías que trabajan en este departamento no les falta trabajo. Estudian DNI, pasaportes o documentos falsificados, pero también papel moneda para evitar engaños. Son capaces también de estudiar si una prenda de vestir, un bolso o unas gafas de sol son falsas. Todo un trabajo que ha sido avalado por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) lo que implica que sus informes cumplen una serie de garantías que pueden ser empleados en procesos judiciales a nivel de la Unión Europea. Un sello de calidad que es sometido a constantes auditorías tanto internas como externas.

¿Cómo será la Policía Científica cuando cumpla 50 años? La inspectora jefa García se atreve a predecir que el próximo paso va a ser conocer el ADN de vegetales y saber, por ejemplo, dónde ha estado un asesino al comprobar el origen de una hierba que deje en una huella.