La Nochevieja del covid, el toque de queda y las reuniones limitadas se saldó con un balance más positivo de lo que cabría esperar, con pocos incidentes en las provincias de Zaragoza y Teruel, aunque con la actuación de la Unidad de Policía Adscrita de Aragón (UPA) en la ciudad de Huesca para cerrar dos bares en los que se estaban celebrando fiestas no permitidas fuera de los horarios marcados. En ambos casos, los agentes han procedido a levantar acta de lo sucedido, quedando ambos establecimientos a expensas de recibir las sanciones correspondientes por los incumplimientos.

Los locales El Tumbao y El Nuevo 9, en la calle Padre Huesca y Argensolas, respectivamente, son dos establecimientos de ambiente latino muy populares en la zona de ocio de la capital altoaragonesa. En la tarde del jueves los agentes policiales recibieron el aviso de que en el primero de los bares se estaba acumulando más gente de la permitida sobre las 20.00 horas. Según algunas fuentes se estaba triplicando el aforo marcado por la legislación.

Al llegar al interior de la discoteca, que ahora puede funcionar con licencia de cafetería debido a las medidas para promocionar la labor de la hostelería, los agentes descubrieron que había unas 60 personas bailando y sin respetar las distancias de seguridad. La cifra sobrepasaba claramente el porcentaje permitido para el interior por lo que se abrió un expediente a los propietarios y se procedió al desalojo de las personas que estaban incumpliendo las medidas establecidas para frenar la pandemia.

AGRESIÓN / La situación que los agentes se encontraron en El nuevo 9 fue parecida, con la peculiaridad de que ya habían tenido que actuar en ese mismo local la tarde de Nochebuena. Allí fue detenida una joven por herir con un cuchillo a su expareja y previamente ya había sido expedientado por no respetar el horario de cierre.

En la tarde de Nochevieja el local tendría que haber permanecido con las puertas cerradas debido a los expedientes a los que se enfrenta, pero los vecinos alertaron de que había personas en su interior y otro grupo de gente bebiendo en la calle. Los agentes de la unidad adscrita de la Policía Nacional fueron los encargados de desalojar a las personas que estaban de fiesta y de asegurar de nuevo el cierre del local.

Quitados estos dos incidentes, en el resto de municipios aragoneses se respetaron en términos generales los condicionantes del toque de queda. Según fuentes policiales no se registraron otros incidentes reseñables que requirieran la presencia de los agentes. Sin excepción, as plazas y zonas en las que los ciudadanos se solían agrupar para recibir las uvas permanecieron desiertas y los locales de ocio nocturno bajaron sus persianas de forma excepcional a las 22.00 horas.