La investigación por el apuñalamiento de un joven italodominicano durante la víspera de Reyes en Zaragoza ha dado un giro, después de que el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía en Aragón haya descubierto que el ataque no se produjo en la vía pública, lugar en el que se desplomó malherida la víctima. Ocurrió sobre las 19.30 horas.

Los agentes han determinado, según pudo saber EL PERIÓDICO, que la víctima, Julio Alberto C. P. recibió las dos cuchilladas -una en el tórax y otra en el cuello- en un piso del número 63 de la avenida Goya. Por tanto, este joven pudo recorrer nada menos que 650 metros desde el lugar de los hechos hasta el paseo Fernando el Católico número 2, donde fue asistido por un ciudadano, médico de profesión, mientras llegaban los servicios sanitarios del 061, que le trasladaron el hospital Miguel Servet.

Los restos de sangre recogidos en la vivienda en la que estaba Julio Alberto C. P. ya han sido enviados al laboratorio para verificar que esas muestras se corresponden, tal y como consideran los investigadores al atacante.

Esta circunstancia explicaría por qué no hubo ningún testigo de la agresión, así como del hecho de que ni las cámaras del tranvía, situadas frente al lugar en el que se creía que se había producido el apuñalamiento, ni las de la cadena de comida rápida Burger King, recogieron al autor de la agresión que permanece todavía fugado y que la Policía trata de identificar y detener.

VÍCTIMA DETENIDA

El pasado viernes el apuñalado fue detenido por mandato judicial e imputado como presunto autor de un delito de falso testimonio y otro de desobediencia grave a la autoridad. Estas novedades demostrarían por qué la Policía cree que el propio Julio Alberto C. P. está entorpeciendo su labor, ya que el hecho de ser atacado en el interior de una vivienda implica que la persona que accede a la misma conoce a sus moradores. Este joven insiste que no pudo ver nada.

Una argumentación que mantiene en alerta a la Policía que estaría sopesando si esta persona oculta la comisión de algún tipo de delito por su parte y, por tanto, la agresión que pudo costarle la vida respondería a un ajuste de cuentas. La casa en la que se produjo el apuñalamiento pertenece a un amigo de la víctima, quien no pudo dar detalles relevantes. Quedan muchas piezas de este puzle por encajar.