La Brigada de Policía Científica acaba de certificar que en las deportivas de Rodrigo Lanza, detenido por matar de una brutal paliza al zaragozano Víctor Laínez el pasado 8 de diciembre, había sangre de la víctima. Los investigadores llegan a esta conclusión después de analizar el calzado que el antisistema llevaba en el momento de su detención. La sospecha era que las manchas de eran sangre, si bien se desconocía de quién era. La Policía acaba de certificar por el ADN que es de la víctima de este crimen de odio.

Una prueba que para Juan Carlos Macarrón, abogado de la familia Laínez, concuerda con la declaración de los clientes del bar El Tocadiscos que fueron testigos de la paliza. Estos, tal y como publicó este diario, afirmaron que Lanza golpeó a Víctor Laínez en la cabeza, hecho que hizo que se desplomara en el suelo, lugar en el que continuó la agresión. Posteriormente, el supuesto autor le habría dado una patada cuando ya estaba totalmente indefenso. «Cayó Víctor al suelo y ya allí le dio una fuerte patada en la cabeza para, posteriormente, agacharse y seguir dándole puñetazos en la cabeza», afirmó uno de ellos. Una crueldad que describió también la jueza, que decretó la prisión provisional de Lanza.

EL AMIGO

Después de que la Audiencia de Zaragoza rechazara que el amigo de Lanza fuera imputado, tal y como pedía la acusación, la jueza instructora le ha citado como testigo el 23 de marzo. Este joven llegó a señalar ante la Policía que al entrar al bar vieron a Laínez, del cual «alguien conocido les había dicho semanas antes que tenía ideología neonazi». Resaltó que víctima y agresor intercambiaron una serie de palabras, y que Lanza, «muy enfadado», les dijo que «le había insultado». También habló de que la víctima llevaba una navaja, que no apareció.