El Gobierno de Aragón y el Cuerpo Nacional de Policía unieron esfuerzos ayer para volver a alertar de los riesgos de la red para los menores, a los que hay que "concienciar" de los peligros de Internet, un medio en el que comparten archivos y datos que quedan a disposición de posibles delincuentes.

En el día Internacional de la Internet Segura, el director general de Salud Pública de la DGA, Francisco Sancho, recordó que un 95% de los jóvenes usan la red y que un 50% forman parte de redes sociales como Tuenti y Facebook y que es necesario informarles acerca de los peligros que encarna su utilización.

"El mensaje que se quiere trasladar es que tiene que haber un uso responsable de la red", afirmó Sancho en declaraciones a los medios de comunicación, antes de participar en un debate sobre la seguridad en Internet en el IES Tiempos Modernos de Zaragoza.

Por su parte, el delegado de participación ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón, Tomás Tajada Rodrigo, explicó que los jóvenes comparten sus datos de manera "arbitraria" y que en ocasiones realizan actividades ilícitas incluso sin saberlo. "Todos los tipos penales que se pueden producir en el mundo real son trasladados al mundo digital", recordó Tajada, que detalló infracciones como usurpaciones de identidades digitales, acoso escolar, injurias y calumnias, entre otros.

El agente destacó también la importancia de la presencia policial en las redes sociales y ha recordado que el perfil de la Policía en Twitter ha superado en seguidores al del FBI. "Estamos haciendo bien las cosas", concluyó.

Las mayores amenazas para los jóvenes en la red, cuantitativamente, siguen siendo el acoso escolar --o ciberbullying-- y las diferentes variantes de la pedofilia. En ambos casos, la vergüenza les lleva a no denunciar.

En la primera variante, los acosadores atacan la imagen de la víctima en todas las redes sociales, destrozando la imagen pública del joven como prolongación de lo que pasa en clase; en la segunda, suelen hacerse pasar por chicas de la misma edad para conseguir una primera imagen comprometedora, con la que chantajearle para que envíe más. En los casos más graves, buscan quedar con él.