Un policía nacional destinado en Tudela se atrincheró a mediodía de ayer durante más de cuatro horas en la segunda planta de los Juzgados de La Almunia de Doña Godina y amenazó con suicidarse. El agente, que iba armado con su pistola reglamentaria y una navaja, permitió el desalojo total del edificio, al que había acudido con la intención de presentar una denuncia.

A las 16.45 horas, tras conversar con un negociador de la Guardia Civil, decidió entregarse voluntariamente y fue trasladado en ambulancia a un centro sanitario de Zaragoza para ser sometido a un examen psiquiátrico.

El agente, que se halla en activo pero se había acogido a una baja laboral, había residido tiempo atrás en Saviñán, en la provincia de Zaragoza, y al parecer llevó a cabo la acción impulsado por los problemas que le había producido el embargo de una casa de su propiedad. Además, se hallaba en tratamiento psicológico.

Juan José P. G., de 58 años, irrumpió en los juzgados a las 12.00 horas y pidió a los funcionarios que abandonaran el edificio, pues no quería «hacer daño a nadie»·. Inmediatamente, se organizó un dispositivo de la Guardia Civil, que acordonó la zona y llevó a cabo las evacuaciones de un colegio y de una escuela infantil, así como de varios establecimientos comerciales.

EXAMEN PSIQUIÁTRICO

Al mismo tiempo, miembros especializados de la Benemérita se apostaron en lugares estratégicos del lugar de los hechos, situado en pleno centro de La Almunia, incluidos varios tejados cercanos a la sede judicial.

Tan pronto como el agente se encerró en los juzgados se dirigió a La Almunia un experto negociador de la Guardia Civil que entabló contacto con Juan José P. G. con el fin de que depusiera su actitud. Mientras duraron las conversaciones, el entorno del edificio, entre la plaza de la Paz y la calle Goya, estuvieron completamente vacías y reinaba «un silencio total», según refirió un testigo de los hechos.

HERMETISMO

«La gente comenta que el policía estaba muy nervioso por una deuda de una persona de su familia y que no ha podido soportar la tensión», agregó la misma persona. Asimismo, se comentó que el agente se había visto envuelto en dificultades con una entidad bancaria.

Al salir de su encierro, el hombre, que quedó a disposición de los Juzgados de La Almunia, se mostraba tranquilo. Fue introducido en un vehículo sanitario que lo trasladó a la capital aragonesa para ser sometido a un examen psiquiátrico. Desde allí, por decisión facultativa, fue ingresado en un centro de atención terapéutica.

Fuentes de la Delegación del Gobierno subrayaron ayer, una vez terminada la ocupación del edificio judicial, que «en ningún momento» había habido rehenes involucrados. Asimismo, indicaron que, durante las cuatro horas que duró la operación, el negociador estuvo en permanente contacto con el atrincherado.

La Guardia Civil comunicó que instruirá diligencias por un delito de desórdenes públicos que, una vez completadas, serán entregadas en el propio Juzgado de La Almunia, que se encargará de la instrucción.

Juan José P. G., que antes de su traslado a Tudela había estado destinado en Calatayud, es, en opinión de quienes le conocen, un hombre tranquilo, si bien precisan que posee un «carácter muy cabezón».