El Grupo de Delitos Tecnológicos de la Jefatura Superior de Policía de Aragón investiga a dos miembros de un grupo de Whatsapp de estudiantes de un grado universitario en Zaragoza, después de que uno de ellos enviara una foto de contenido pedófilo. Las pesquisas se iniciaron después de que otra de las personas que pertenecen a dicho chat decidiera interponer una denuncia ante la Policía Nacional. Este joven explicó que otra persona había enviado un sticker (imágenes que los usuarios pueden crear como si fuera un emoticono y añadirlo a sus mensajes de texto).

Los agentes llegaron a los dos imputados, después del análisis del teléfono móvil del denunciante. Ambos, identificados como V. F. M. y A. L. M., fueron imputados por el Juzgado de Instrucción número 5 de Zaragoza. Un tercero, J. E. B., también lo está pero cuando ocurrieron los hechos era menor. Ahora ha cumplido la mayoría de edad, pero aún así ha quedado en manos de la Fiscalía de Menores.

EL ANÁLISIS

La imagen que inició el análisis policial fue una imagen digital en la que se podía ver a una bebé desnuda con un pene de un adulto encima de ella. Fue enviada al grupo de Whatsapp, si bien, tal y como pudieron observar los agentes, no hubo respuesta alguna a dicha fotografía y tampoco fue reenviada.

El joven que la envió fue identificado como V. F. M., por lo que los agentes decidieron estudiar su terminal móvil, no localizándole ningún archivo que pudiera almacenar pornografía infantil.

No obstante, los agentes estudiaron todo el historial de este chat y descubrieron que en septiembre del 2019 otro usuario envió un imagen compatible con la pornografía infantil en la que salía un menor desnudo. Este archivo fue difundido en este canal de mensajería que en ese momento tenía 105 participantes. Una técnica de búsqueda que les permitió descubrir otra imagen también de contenido similar.

Ambos jóvenes declararon en sede policial y judicial, defendidos por los abogados Cristina Martínez y Alberto Verón, coincidiendo ambos en señalar que no fueron conscientes de la gravedad de los hechos que cometieron. Llegaron a señalar que de saber «la importancia que tenía no lo hubieran hecho». Afirmaron también que no tienen en sus ordenador ni teléfonos imágenes de menores con conductas sexualmente explícitas, que no sabían «que esas imágenes eran reales» y que ignoran quién creó esos sticker.