El Grupo de Robos de la Jefatura Superior de Policia de Aragón está investigando el robo de la escultura urbana denominada The Water Wagon (La carreta del agua), ubicada bajo el puente de la Almozara de Zaragoza. La pieza apareció ayer por la mañana dañada e incompleta.

Según informaron fuentes policiales, el suceso se produjo en la noche del miércoles al jueves. No fue hasta por la mañana cuando un vecino dio el aviso de que este conjunto escultórico de bronce, que mide 12 metros de largo y alcanza 2 de altura, había sido objeto de un acto vandálico.

Hasta la zona se acercaron responsables de la Sociedad Zaragoza@ Desarrollo Expo, Policía Local y técnicos del Servicio de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza. Las primeras hipótesis barajan que se trata de un robo motivado por el bronce que recubre la estultura hecha de fibra de vídrio.

Debido al gran peso de cada elemento, es posible que los actores del suceso acudieran en coche o en furgoneta para poder llevarse las piezas, según fuentes consultadas. Del conjunto, han sido sustraídas el grupo de personas que tira de la carreta, una de sus dos ruedas, además de la figura que se representaba separada del conjunto, piezas que pueden pesar aproximadamente unos 500 kilos.

El conjunto escultórico, obra de Atelier Van Lieshout, consiste en un grupo de seis personas tirando de una carreta de agua y una figura humana independiente y caída en el suelo. La carreta tiene un eje central y dos ruedas. La escultura tiene una estructura tubular, a modo de figura de alambre, para permitir el paso del agua en los momentos de crecida del Ebro, explicó el responsable del proyecto de Intervenciones Artísticas en las riberas del Ebro en el 2008, Francisco Pellicer. Forma parte de una de las intervenciones que se llevaron a cabo durante la Expo de Zaragoza del 2008, para contribuir a la revitalización de los espacios públicos en el recinto de la Expo.

DISEÑO

Pellicer explica que el escultor, líder del grupo Atelier van Lieshout de Róterdam, visitó el lugar del emplazamiento en el 2007 cuando era «un lodazal y una escombrera que invadía el lecho del Ebro» y recibió el encargo de convertir aquel espacio sucio e inseguro en una zona digna y cargada de intención artística que pusiera «énfasis en el esfuerzo humano por conducir el agua para el abastecimiento humano». El encargo formaba parte del conjunto de intervenciones artísticas que jalonan las riberas del Ebro. De la gestión se encargó a la sociedad Expoagua y el consorcio que dirigía el Plan de Acompañamiento de la Expo del 2008.

Fue financiada íntegramente por los ministerios de Fomento y de Cultura con cargo al 1% cultural y su coste fue de 240.000 euros. Cuando el río alcanza caudales de más de 800 metros cúbicos por segundo, según explica Pellicer, la carreta parece caminar sobre el agua del Ebro.

Conforme el caudal va creciendo, la figura va desapareciendo para emerger más tarde, cuando el nivel del agua vuelva a descender.