La Policía va a estrenar en la investigación del crimen de Ricla una técnica pionera en España, mediante la cual pretenden extraer del cerebro de Antonio Losilla la respuesta que terminaría de encajar las piezas del rompecabezas del pesunto asesinato: dónde está el cadáver descuartizado de su mujer, Pilar Cebrián. La "máxima prioridad" de Homicidios desde que fue detenido el marido. Se trata de una técnica que interpreta los resultados del electroencefalograma provocados por estímulos sensoriales o respuestas internas. La prueba está señalada para el próximo día 18, a las 16.00 horas, en el hospital Miguel Servet de Zaragoza. Puede negarse a pasarla.

El titular del Juzgado de Violencia contra la mujer número 2 de Zaragoza dictó ayer un auto por el que autorizaba a aplicar este análisis, una vez convencido de que no afectaba a las garantías procesales del acusado. No es una técnica invasiva --se aplican electrodos en la cabeza-- y no constituye en sí una prueba. Es decir, lo que se busca no es tanto que Losilla revele dónde está el cuerpo, sino que sus reacciones den pistas de dónde buscarlo.

La técnica fue presentada ayer por el Jefe Superior de Policía de Aragón, José Villar del Saz; el jefe del Grupo de Homicidios, Antonio Longarón, y el jefe de Gabinete de la Jefatura, Félix Jodrá. La prueba la realizarán especialistas en psicología forense del Instituto de Medicina Legal de Aragón, organismo que propuso a los investigadores implementar la técnica.

MÁS FIABLE

Jodrá puso énfasis en desvincular esta técnica neurofisiológica --llamada P-300, basada en el protocolo Oddball, algo así como rareza en inglés-- de las conocidas como máquinas de la verdad, como el polígrafo. En primer lugar, porque resulta más díficil de engañar, al tratarse de una respuesta involuntaria del cerebro. De hecho, no se requiere ni interrogatorio, el sujeto no tiene ni que verbalizar las respuestas. También porque la interpretación de las gráficas de la respuesta cerebral, numérica, "reduce la subjetividad del perito" que las interpreta. Además, la técnica permite captar estímulos internos como la toma de decisiones.

Según explicó a este diario la doctora Mariángeles Cid López, una de las introductoras de la técnica en España y exjefa del servicio de Neurofisiología Clínica del Miguel Servet, no es un sistema infalible, pero sí mucho más fiable que el polígrafo. "Una persona muy fría puede inhibir las reacciones a un estímulo, no sentir emoción, de forma que la onda apenas cambie", explicó.

La técnica se aplica con el análisis de un aparato similar a un electroencefalógrafo, llamado equipo de potenciales evocados. La doctora la usa en niños con TDAH --Trastorno de Déficit de Antención e Hiperatividad-- para comprobar si el problema es psiquiátrico o cerebral. Se colocan los electrodos que recogen el impulso eléctrico y se aplican sonidos o imágenes frecuentes e infrecuentes. Cuando llegan estos --por ejemplo, un pitido entre zumbidos--, el cerebro reacciona y se refleja en la onda. En unos 10 minutos se pueden obtener las hasta 400 respuestas necesarias para el promedio.

En el caso de Losilla, se podrían intercalar imágenes del pozo de Mularroya o de su mujer entre otros lugares y personas, para comprobar su reacción. "O palabras", según puso de ejemplo la Policía. Si la técnica resulta útil, España se sumaría a EEUU y Japón entre los países que la aplican.