Un Blackfriday continuo es lo que vivió el comercio durante los dos meses de confinamiento estricto. La venta online que los contabilizados durante la semana anterior a la que se decretara el estado de alarma. Pero, a pesar de ese aumento, las denuncias de víctimas de ciberdelincuencia se redujeron un 90% en la Jefatura Superior de Policía de Aragón.

La razón de dicho descenso responde, según el inspector jefe de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) , Alberto Larripa, a algo muy lógico: «la gente no salía de sus casas ni para dar cuenta del fraude que había sufrido». Ahora Aragón está en fase 3 y el Grupo de Delitos Tecnológicos tramita 20 denuncias al día por estafas en internet. Muchas son aquellas que en su día no se registraron.

Las jefaturas provinciales no tienen permiso del Ministerio del Interior para dar estadísticas de delitos, pero sí reconoce Larripa que la más común en estas fechas está siendo la de los cargos en tarjetas. «Los delincuentes están aprovechando el consumo online, la mayoría de estos casos el usuario no tiene la culpa, debido a que son hackers los que compran datos de tarjetas con los que hacen compras», destaca.

TROYANOS

En otras ocasiones Llos autores de este tipo de estafas emplean troyanos, es decir, infectan ordenadores con correos electrónicos trampa y espían compras. De esta forma se hacen con los números de tarjetas, las fechas de caducidad y hasta con el número secreto.

Larripa propone, de cara a evitar este tipo de sorpresas no deseadas, que los usuarios siempre compren en plataformas de comercio online conocidas y que vayan a sus entidades bancarias y soliciten unas tarjetas monedero. «En esas uno mete el dinero mediante transferencia cuando lo necesita por lo que no pueden hacerte más gasto de lo que uno tiene ingresado», asevera, mientras añade que otra opción es validar un cargo a la tarjeta previo mensaje al teléfono móvil. «Un gesto sencillo con el que no pueden hacer nada», recalca.

Pero no es la única estafa que están investigando. Otra que se ha dado en estas últimas fechas también tiene que ver con las compras. En estas, el cliente recibe un mensaje en el teléfono móvil o en el correo electrónico en el que se señala que un paquete que están esperando se ha quedado retenido en la aduana y que para recepcionarlo hay que pagar una tasa.

Otra estafa que se ha producido en los días de confinamiento es la conocida como la sextorsión. Personas que han tenido cibersexo con otra persona y, tras esa relación virtual, han sido extorsionadas para que les paguen dinero a cambio de no publicar el vídeo o las fotos en sus redes sociales.

EXTORSIÓN

Larripa destaca que está habiendo una nueva modalidad en este sentido. No tiene que haber cibersexo, sino que el usuario de un móvil recibe un mensaje en redes sociales o a través de mensajería móvil en el que se le señala que han accedido a través de un programa al contenido de las imágenes de su terminal y que existen algunas de contenido sensible que serán publicadas si no se paga una determinada cantidad. Ya ha habido gente que ha sido víctima de este tipo de estafa.

También están estudiando la estacionales, es decir, las propias de un determinado tiempo del año. Los investigadores la conocen como la de la Agencia tributaria y es aquella en la que el usuario recibe una comunicación que habla en nombre de este organismo del Estado y en la que se solicita una determinada información bancaria. Especialmente, contraseñas. El inspector jefe de la Udyco destaca que Hacienda nunca pide este tipo de datos. Es por ello que lo primero que debe hacer el usuario es sospechar y comprobar el remitente, incluso hacer llamadas de comprobación teléfonos oficiales.

Todavía no han registrado casos, pero Delitos Tecnológicos sabe que es cuestión de días. Con el desconfinamiento regresarán las estafas de compra-venta de productos o de alquileres de apartamentos de verano. Este año con especial mención los que tengan piscina particular. «La gente tiene que sospechar siempre de aquellas personas que en medio del acuerdo digan de hablar fuera de plataforma oficial como Wallapop o Airbnb que digan de hacer una transferencia a una cuenta en el extranjero, la mayoría de esas son fraudes». Las gangas hay que valorarlas.

LAS MÁS COMUNES

1) PHISING El phishing se refiere al envío de correos electrónicos que tienen la apariencia de proceder de fuentes de confianza (como bancos, la Agencia Tributaria, compañías de energía etc.) pero que en realidad pretenden manipular al receptor para robar información confidencial. Después de leer el correo no haga clic en ningún enlace. Realice las verificaciones pertinentes en su espacio personal de cliente, acudiendo directamente desde la Url del navegador. Para que un sitio se considere seguro debe empezar por https://

2) ALQUILERES: Tratan de engañar al usuario para alquilar un apartamento inexistente a un precio mucho más bajo de lo normal. La Policía Nacional pide ser precavido, investigar los precios de alquileres de la zona y sospechar si las imágenes del apartamento son copiadas de otra web en el caso de que no puedan enseñarlo en persona o si el pago tiene que ser a través de servicios de envío de dinero de forma anónima o por transferencia a un banco de diferente nacionalidad a la del presunto propietario.

3) ESTAFA SENTIMENTAL: Esta estafa suele circular por redes sociales, sobre todo por las que se utilizan para buscar relaciones. La persona comienza una relación con la víctima para pedirte dinero para ir a verla, da consejos sobre chollos, para comprar medicinas, para obtener un visado para salir de su país, etc. Los investigadores piden que lo primero se sospeche y se desconfíe. Para comprobar es necesario buscar pruebas de que hablas una persona real, no con una que está haciéndose pasar por otra. Las fotos no son suficientes.

4) INVERSIÓN EN BITCOINS: En los foros abundan las ofertas de sociedades que ofrecen invertir o especular con la criptomoneda bitcoin con la promesa de rendimientos periódicos. Estas empresas empiezan con cifras pequeñas de inversión. emiten para dar apariencia de solvencia informes que aparentemente dan impresión de ser algo oficial y, por lo tanto, de poder fiarse y luego llega la posibilidad de una mayor inversión. Es el momento de la estafa porque el usuario decide tener más beneficios y se queda sin nada.