La delegada del Gobierno en Aragón, Carmen Sánchez, anunció ayer que la Policía Nacional ha reforzado la vigilancia en el barrio zaragozano de Movera, donde el pasado miércoles por tarde fue asesinada de un disparo la joven rumana Maria Marian, de 29 años, en lo que en principio parece un ajuste de cuentas, si bien no se descarta ninguna hipótesis.

«Movera es habitualmente un barrio muy tranquilo», señaló ayer la alcaldesa de esta pedanía de la capital aragonesa. Pero, aun así, se congratuló de que se incrementen los efectivos policiales dedicados al control de la seguridad. «En el núcleo de Movera no hay sensación de miedo, pero entiendo que en la urbanización de Torre de Urzaiz, el lugar de los hechos, los residentes sí puedan sentirlo después de lo que ha pasado».

INVESTIGACIÓN

Maria Marian fue asesinada sobre las siete de la tarde, de un disparo que le causó la muerte de forma casi instantánea, y sus atacantes huyeron en un vehículo de color rojo que las fuerzas de seguridad buscan activamente.

El suceso tuvo lugar a la entrada de un chalet, en el momento en que la víctima y su hermana se bajaban de un coche. Solo la primera fue atacada, dado que la segunda salió ilesa de la agresión.

La delegada del Gobierno en Aragón insistió ayer en que no se ha concretado todavía el móvil del crimen, aunque la Policía trabaja sobre la base de que la fallecida estaba relacionada sentimentalmente con José N. T., alias el Mixtos, de 70 años, que actualmente cumple condena en la cárcel de Zuera por tener 87 kilos de marihuana en su casa.

El testimonio de este hombre será de crucial importancia para determinar, quién pudo actuar así en contra de su pareja y si fue una venganza en su contra o responde a otras cuestiones.

La localización de los autores del asesinato, tres personas en total, se ha convertido en un objetivo prioritario para el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón. De hecho, el refuerzo de la vigilancia en el entorno de Movera y Pastriz, no solo va destinada a tranquilizar a la población de la zona, ya que al parecer podrían existir sospechas de que los atacantes quizá se hallen todavía en esos parajes.

En cualquier caso, los esfuerzos de la Policía se centran sobre todo en el entorno familiar de la víctima (que vivía con sus padres y su hermana) y en el ambiente de los pequeños traficantes de droga en que se movía su pareja. Estas líneas de investigación reciben mayor atención que otras, sin por ello descartarse otros móviles. Asimismo, a tenor de la forma en que se cometió el crimen, la Policía podría estar buscando a un grupo de delincuentes con cierto nivel profesional.