La plantilla del Cuerpo Nacional de Policía de Zaragoza se encuentra este mes a menos del 50% de su capacidad teórica. Fuentes sindicales señalaron a este periódico que la situación todavía ha empeorado respecto a las mismas fechas del año pasado al no haber sido cubiertas todas las bajas registradas en el Cuerpo por segunda actividad o excedencias.

El catálogo de puestos tiene establecida una plantilla de alrededor de 1.200 agentes para la capital aragonesa, pero 300 de estas plazas están sin cubrir todo el año por falta de efectivos. A esta cifra hay que añadir 67 policías que refuerzan los efectivos de Madrid para escoltas y labores de vigilancia, más que en años anteriores. Por otra parte, un 33% de los restantes efectivos se encuentra de vacaciones.

La falta de policías para labores de prevención y vigilancia ha llegado a situaciones extremas, hasta el punto de que se pretende que en las dos oficinas de denuncias que funcionan por la noche en las comisarías de San José y Centro, respectivamente, sólo atienda el servicio un agente en lugar de los dos que hay habitualmente, lo que repercutirá en detrimento de los ciudadanos. Las otras dos comisarías de distrito de Delicias y Arrabal cierran por las noches durante todo el año.

No obstante, se han buscado otras fórmulas para sacar más efectivos a la calle y que, en opinión del Sindicato Unificado de Policía (SUP), vulneran los derechos laborales de los agentes.

Los responsables policiales intentaron llenar los huecos de fin de semana con policías que trabajasen jornadas extraordinarias, pero no se han ofrecido suficientes voluntarios, ya que la bonificación apenas asciende a 60 euros brutos por noche de festivo trabajada.

La alternativa ha consistido en designar servicio obligatorio a otros agentes a los que se ha cambiado la jornada por otro día laboral de la semana.

Según las fuentes consultadas, la llegada de nuevos agentes a partir del próximo día 15 ayudará a paliar algo la precariedad, aunque se pretende que parte de estos policías sean destinados a la Brigada Móvil que, tras haber sido desmantelada en los últimos seis años, tiene que reforzarse ahora por la amenaza terrorista contra el transporte público. No obstante, se ignora si esta reestructuración se realizará ahora o se esperará para después del verano, pese a ser ésta la época del año con más tráfico de viajeros.