Encontrar la huella que los recuerdos dejan en nuestro cerebro. En eso consiste la prueba de potenciales evocados cognitivos, también denominada P-300, una técnica neurofisiológica que por primera vez se ha aplicado en España en una investigación policial. Ha sido en Zaragoza, donde la unidad de homicidios del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) y el neurofisiólogo José Ramón Valdizán intentan bucear en la memoria de Antonio Losilla, detenido por la desaparición de su esposa, Pilar Cebrián. La intención es hallar, estudiando las reacciones cerebrales del sospechoso, indicios para localizar el cadáver de la mujer. La iniciativa, cuyos resultados se darán a conocer la próxima semana, la siguen de cerca responsables de Interior, pues quieren aplicarla también en otros casos de desaparecidos, como el de Marta del Castillo.

La técnica, que en Japón se usa en una media de 5.000 investigaciones policiales al año y que también emplea el FBI y la CIA, estudia las ondas que genera el cerebro cuando se le muestran determinadas imágenes o se le leen determinados textos. Al sospechoso se le hace un electroencefalograma donde se busca la onda cerebral P-300 --de ahí el nombre de la técnica--, que solo se genera cuando el cerebro tiene un recuerdo anterior de esa imagen o texto. Si a un detenido se le muestra una imagen de un lugar, el cerebro solo crea esa onda si esa persona ha estado ahí o ha visto antes esa imagen. Si no tiene un recuerdo, el cerebro no la da.

El CNP confía en que los análisis a que será sometido Losilla permitan indicar lugares donde pudo haber enterrado a su esposa, Pilar Cebrián, que desapareció en abril del 2012. Desde un principio se sospechó del marido, pero no se le pudo detener por falta de pruebas. Sin embargo, en octubre de ese año aparecieron unos restos humanos de una mujer. En un primer momento, se pensó que eran los de Cebrián, lo que llevó al juez a autorizar un registro en casa del sospechoso. En esa inspección, Losilla confesó que su mujer había muerto de un golpe durante una discusión y que él la había descuartizado y la había hecho desaparecer.

PESQUISAS EN PUNTO MUERTO Pero el análisis de ADN de los restos concluyó que no eran los de Cebrián, lo que llevó a Losilla a negar su anterior confesión y a no dar ninguna pista de dónde está el cuerpo. Conocedor del caso, el neurólogo Valdizán contactó con el CNP y le propuso someter al presunto homicida a esa prueba. La intención era mostrarle imágenes de posibles lugares donde su esposa podría estar enterrada. Si el cerebro del detenido emitía la onda P-300 significaba que tenía un recuerdo de ese lugar, lo que indicaría que ha estado allí y que podía ser donde hubiera enterrado el cuerpo.

Aunque él se negó y su abogado argumentó que la prueba vulnera el derecho a no declarar, el juez de instrucción número 2 de Zaragoza ordenó que se realizara el pasado 18 de diciembre. Para la abogada Soraya Laborda, de la acusación particular, "el juez puede obligar a realizar este examen, pues es como tomar una huella dactilar, aunque en vez del dedo es del cerebro. Estábamos en un punto muerto y esperamos que esto ayude a encontrar a Pilar".

El doctor Valdizán, exjefe del servicio de neurología del hospital Miguel Servet y actualmente en la Clínica Montpelier, señala que "es una técnica neurofisiológica validada por la comunidad científica y que suele emplearse en ayudar al diagnóstico con déficit de atención o autismo en niños. Yo la uso desde 1995".

METODOLOGÍA El neurofisiólogo explica que "la prueba a Losilla duró 116 minutos divididos en dos sesiones". "En la primera, se mostraron al detenido 13 series de tres fotos, y cada foto se le enseñó nueve veces", explica.

Se trataba de imágenes de lugares del entorno de Zaragoza que incluyen emplazamientos donde la policía sospecha que puede estar enterrado el cuerpo. La segunda eran textos. "Se le presentaron 21 series con tres textos cada una. Todos empezaban con Pilar está en y en cada uno de ellos se decía un lugar", explica el doctor, que ahora analiza los resultados. La próxima semana está previsto que se den a conocer.