Una silla sirvió de escudo a unos agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón que acudieron ante una llamada de auxilio por violencia machista. El hombre que previamente había amenazado a su mujer e hija con un cuchillo trató de apuñalar a los agentes, siendo detenido por un delito de malos tratos y de atentado.

Los hechos ocurrieron ayer sobre las 23.00 horas en un piso de la calle José Zamoray, una paralela de la conflictiva Ramón Pignatelli. A la sala del 091 de la Policía Nacional llamó una mujer solicitando ayuda porque su esposo estaba muy agresivo, iba armado y había consumido grandes cantidades de alcohol.

Rápidamente se trasladaron hasta la vivienda varias patrullas. La primera en hacerlo fueron dos agentes que realizan labores de Seguridad Ciudadana de paisano. Subieron las escaleras y vieron que la puerta del piso del que habían pedido auxilio estaba abierta. Entraron, se identificaron como agentes, e, inmediatamente, salió este hombre, identificado como I. T., de 57 años y de origen rumano, cuchillo en mano.

Gracias a que habían mantenido las distancias de seguridad necesarias y que había una silla en las proximidades, los agentes evitaron salir heridos, ya que I. T. no dudó en esgrimir el arma blanca y tratar de agredirles.

Paralelamente, los agentes trataron de convencerle que tirara el cuchillo al suelo y que se entregara. Lo hizo, aunque antes les amenazó con cortarse las venas. No llevó a cabo sus intenciones, siendo inmovilizado en un momento dado y detenido. Los policías que intervinieron también pudieron comprobar que la mujer que llamó pidiendo auxilio, de 45 años, y su hija, de 24 años, estaban asustadas, pero en perfecto estado.

El detenido ha pasado la noche en los calabozos de la Jefatura Superior de Policía de Aragón a la espera de ser puesto a disposición judicial, previsiblemente este jueves.

Reclamación sindical

Una actuación policial que fue aplaudida por el Sindicato Unificado de la Policía (SUP) a través de redes sociales, a la vez que volvieron a reclamar ante el Ministerio del Interior que se entreguen pistolas táser y las porras extensibles para evitar situaciones como la vivida por estos agentes.

Esta herramienta, con la que ya cuentan las policías autonómicas desde 2008 y más de doscientas locales desde 2002, la última la de Madrid; tiene amparo legal en el artículo 5.1 del Reglamento de Armas y supondría aumentar la gama de elementos con los que cuenta un policía nacional para hacer frente a un episodio violento, de acuerdo con los principios básicos de actuación de proporcionalidad, oportunidad y congruencia. Esta arma es un dispositivo de lesividad mínima que genera una incapacitación inmediata y transitoria de una persona violenta, mediante pulsos eléctricos.