Un grupo de agentes del Cuerpo Nacional de Policía tuvo que hacer uso de sus mejores técnicas de persuasión el pasado miércoles para impedir que un hombre se quitara la vida arrojándose al río Ebro a su paso por Zaragoza. Esta persona, que recibe tratamiento psiquiátrico, atendió a las razones de los policías, pertenecientes al Equipo de Negociadores de la Brigada Regional de Policía Judicial.

El suicida se hallaba en un murete de la zona del puente del Tercer Milenio, junto a la Expo, con los pies colgando del vacío cuando los expertos de la Policía, así como agentes de Seguridad Ciudadana, llegaron a su altura. Eran las seis de la tarde y acudían alertados por una llamada telefónica al 091 de un testigo que había visto las intenciones del hombre, de mediana edad y con un historial de tentativas de suicidio.

Los policías que se personaron en ese lugar pudieron comprobar además que la persona en cuestión llevaba sangre en las muñecas, signo evidente de que se había autolesionado.

A la vista de este cuadro, todos los efectivos policiales allí presentes y miembros de los Bomberos de Zaragoza organizaron un equipo que se distribuyó las tareas, empezando por la más espinosa: convencer al suicida en potencia de que depusiera su actitud.

Tras mucho insistir, los negociadores consiguieron que esta persona renunciara a su propósito y se pusiera en sus manos. Inmediatamente fue atendida en una ambulancia de las lesiones en los brazos y, a continuación, trasladado a un centro hospitalario donde quedó ingresada.

Fuentes policiales explicaron que los negociadores cursan una especialidad dentro del cuerpo que les capacita para actuar con rehenes de secuestros, suicidas potenciales y otros casos en los que las dotes de persuasión son lo más importante.

Además, cabe resaltar la colaboración ciudadana en este caso, dado que fue un ciudadano quien llamó al 091 con gran premura al percatarse de las intenciones del hombre situado en las cercanías del puente del Tercer Milenio, en la zona de la Expo de Zaragoza.