"Lo ves en las películas, pero cuando te pasa en la vida real no te lo crees". Eduardo Pemán recordaba ayer, aún sorprendido, cómo el pasado domingo, 1 de junio, se convirtió en héroe, con otros ciudadanos anónimos y dos agentes de policía. Su rápida actuación permitió salvar la vida a una mujer que se tiró de un cuarto piso en la avenida Salvador Allende de Zaragoza. Al hombre le costó una muñeca rota y unas gafas de sol, pero no podía ocultar que estaba "muy contento. Todo el mundo me dijo que le habíamos salvado la vida. Ahora lo que hace falta es que la mujer se recupere".

Según explicaron los agentes, Gustavo y Óscar, recibieron una llamada porque una mujer estaba asomada a un balcón, dispuesta a tirarse. El segundo tuvo la idea de coger la manta que llevan en el coche para frenar la caída, si se producía. Mientras su compañero y otras cuatro personas sujetaban la manta, él subió y le abrieron los hijos de la mujer, dos niños. Pero no llegó a cogerla. Abajo, Gustavo y los ciudadanos pudieron salvar a la mujer, que golpeó a Pemán en la caída. "Se fueron muy rápido y no pudimos agradecérselo, así que lo hacemos públicamente", explicaron los agentes.