La destrucción de manzanas enteras supone la desaparición de trazas históricas debido al poso histórico de los siglos. Se pierde así, aseguraron desde Apudepa, "aquello que precisamente caracteriza a la ciudad, la enorme riqueza de su lento conformarse a través de las generaciones de sus habitantes". "No solamente es una aberración cultural y patrimonial, sino también urbanística y arquitectónica. Hacer tabla rasa con manzanas urbanas no forma parte ya de la metodología rigurosa de intervención en la ciudad". Desde esta asociación señalaron que la plaza de San Pedro necesita otras medidas de índole social, asistencial, económico y de intervención rehabilitadora, pero de ningún modo su ampliación, ni la destrucción de su tipología tradicional.

"Las acciones traumáticas sobre el tejido histórico tienen posteriormente una enorme repercusión en la conciencia y en la memoria social", aseguraron desde la asociación.