La bodega gótica de La posada del comendador se transformará durante estos días, como por arte de magia, en el panteón mortuorio de la familia Tenorio. Allí, en la calle Predicadores de Zaragoza, todo aquel que no tema toparse con espíritus y tumbas, podrá disfrutar de una cena temática, organizada por Gozarte, acompañados de don Juan Tenorio, doña Inés, doña Brígida y el convidado de piedra don Gonzalo de Ulloa, comendador de Calatrava. El menú, a cargo del restaurante Atrapamundos, es de lo más sugerente: un principio sangriento con un matiz amargo, carpaccio de atún, perdices, pese a que los protagonistas de la cena no disfrutaran de su final feliz, y de postre, huesos de santo. Las reuniones, que comienzan esta noche, continuarán los días 30 y 31 de octubre y 4 de noviembre.

El responsable de Gozarte, Carlos Millán, explicó ayer que han organizado estas cenas con la intención de recuperar Todos los Santos. Además, han dispuesto unos cuantos recorridos por la tradición mortuoria de Zaragoza bajo el lema Un otoño de muerte.

Entre las rutas, Millán destacó las visitas al cementerio de Torrero, un recinto que en su opinión, "se ve tan utilitario que no se suele considerar patrimonio". La actividad, llamada Polvo somos, consistirá en visitar la zona antigua de un cementerio en el que se encuentran tumbas ilustres y panteones espectaculares. Las visitas serán los sábados y domingos hasta el 29 de noviembre, y también el día 2. "Los que quisieron destacar en la ciudad de los vivos también quieren hacerlo en la de los muertos", precisó Millán. Para las reservas, llamar al 976 207 363 o en www.gozarte.net.