El PP de Zaragoza cerró ayer con algunas fisuras, pero con ánimo de recuperar la "paz interna", su congreso provincial, que ha aupado al edil Domingo Buesa hasta la presidencia, en sustitución del exalcalde y concejal José Atarés, que no optó a la reelección. En su equipo, Buesa ha dejado a los críticos menos espacio del que éstos esperaban y ha prescindido de los nombres más representativos del sector de Atarés. En Huesca, Antonio Torres fue elegido de nuevo presidente provincial.

Aunque se llegó al congreso de Zaragoza con todo atado, el partido afronta una crisis desde hace unos meses que ha dejado descolgado a Atarés --crítico con la dirección regional--. Los afines al ya expresidente, aglutinados ahora alrededor de Luis María Beamonte (secretario general con Atarés y, desde ayer, con Buesa), salieron del cónclave con sus aspiraciones cubiertas a medias.

No ha habido reparto equitativo entre el equipo de Buesa y el de Beamonte, pese a que éste último se alineó con el concejal. Apenas 6 de los 16 cargos más relevantes de la nueva ejecutiva han sido colocados por el secretario general. La tensión se dejó ver en el auditorio de Zaragoza.

Buesa ha prescindido de Ricardo Mur y de Jorge Azcón, dos de los concejales más activos del PP y los rostros más representativos del sector crítico. Al respecto, el nuevo presidente comentó que él no ha estado siempre en las ejecutivas y que ser edil no garantiza puesto orgánico.

Buesa insistió mucho en que no ha habido "ningún reparto".

CIERRE DE FILAS Pese a todo, los discursos y las intervenciones fueron conciliadoras. Tanto Buesa como Mur abogaron por lograr la "paz interna" que permita al partido recuperar la confianza de la sociedad y volver a las instituciones en Aragón.

Mur dijo: "Terminan los meses de tensión y, aparte de las ideas de cada uno, lo ciudadanos quieren un PP más unido que nunca. Os animo a cerrar filas con la nueva dirección".

Atarés apuntó que hay que dar "un voto de confianza a todos", porque hay tiempo "para incorporar a todo el mundo". Sobre la posibilidad de que se haya cerrado en falso, indicó: "Hemos de transmitir que uno no está humillado por el resultado de las elecciones ni en disposición de generar conflictos internos".

En su intervención ante el pleno --la más aplaudida-- sí lanzó un mensaje crítico al señalar que en sus once años de gestión ha intentado que en sus ejecutivas estuvieran cuantos hubieran "acreditado su valía" más allá de "estrategias de adhesiones, simpatías o animadversiones".

Y un mensaje de Buesa hacia Atarés, al que animó a trabajar como hasta ahora "en el Senado".

Los populares quieren pasar página, lograr la "estabilidad" interna y recuperar el pulso de la calle. El nuevo presidente instó a la militancia a salir "puerta por puerta si es necesario" para reconquistar el apoyo social.

Y planteó un proyecto para después de la Expo, al que bautizó "la década maravillosa, 2008-2018", que se llamaría Educatorium y que trataría de convertir Zaragoza, a partir del Ebro, en una referencia "del conocimiento, la estética, la estabilidad, la belleza y la tolerancia".

El presidente regional, Gustavo Alcalde, y el secretario nacional de Seguridad y Justicia, Ignacio Astarloa, respaldaron a Buesa y, como éste, destacaron la labor de Atarés. Buesa y su equipo recibieron un 93,82% de los votos (683 sobre 728 papeletas válidas). Hubo 45 en blanco y 6 nulos, de un total de 734 emitidos (los acreditados eran 1.011).

En Huesca, Antonio Torres fue reelegido presidente con un 92% de votos y colocó de secretario general a Roberto Bermúdez. Con ellos nombres como Angel Pintado, Ana Grande, Mamen Susín o Rodolfo Aínsa.