Cuando se habla de la igualdad, de los derechos y de la justicia social se presupone que hay consenso. Pero cuando esto sucede en un escenario en el que confluyen distintos partidos políticos sucede todo lo contrario. El pleno del Ayuntamiento de Zaragoza aprobó ayer que la institución se vuelque con la celebración del 8M, con el que se pretende reivindicar la igualdad de las mujeres y su empoderamiento. Salvo Vox, que aseguró en una intervención que esta causa es una «instrumentalización política», todos los partidos aseguraron que compartían el reclamo de la igualdad, sin embargo, el debate se convirtió en un cruce de acusaciones y en una pelea para ver quién la apoya más y mejor.

Desde la Asamblea del 8M Zaragoza dejaron claro que «sobran los motivos» para reivindicar una igualdad que no existe, por lo que «no se puede permitir ni un paso atrás en la igualdad».

Hasta aquí todo perfecto. El problema surgió cuando Cs y PP se sintieron discriminados y excluidos por la izquierda, que cuestionó su grado de implicación. No es la primera vez que le reprochaban a la izquierda que les excluyese, pero ayer se elevó el tono después de que ambos partidos pactasen en Andalucía con Vox, que volvió a dejar claro que para ellos «las acusaciones machistas no se corresponden con la realidad».

La concejala de Cs, Cristina García, insistió en que «da igual el color político» para poder ser feminista y que se trata de una lucha de todos, que incluye a hombres y a mujeres. Algo parecido dijo la conservadora Patricia Cavero. «Yo llevo anillos y usted rastas (en referencia a la concejala de Igualdad, Arantza Gracia), en qué me deslegitima?», le preguntó. A lo que Gracia le respondió: «No es por cómo vestimos, ni si llevamos anillos o rastas, sino qué defendemos y cómo».

La concejala de Igualdad precisó que el 8M reivindica justicia social y que son necesarias políticas que profundicen en la desigualdad. Cavero rebatió sus palabras acusándola de no haber hecho nada en este sentido después y cuestionó el grado de ejecución de varias partidas en materia de igualdad.

PSOE, CHA y Cs dejaron a un lado la polémica para centrarse en enarbolar el feminismo. Para la socialista Lola Campos se está produciendo una «involución» del problema desde la llegada de Vox como «salvapatrias», sumada a «los partidos que se dejan influir», en referencia al PP y Cs. Desde CHA, Carmelo Asensio negó que «las más de 155.000 denuncias registradas el año pasado (solo 64 falsas)» hayan sido un «invento de la izquierda», como dijo Vox. «Una mujer cobra un 26% menos que un hombre. Esto es discriminación pura y dura», aseguró.

El pleno también rechazó las políticas del líder del PP, Pablo Casado, y su intención de volver a la ley del aborto de 1985. La moción salió adelante con el voto en contra de los populares, y tras insistir hasta la saciedad desde ZeC, PSOE, CHA y Cs que se trata de un derecho.