La ley que modificará el impuesto de Sucesiones de Aragón se debatirá el próximo 28 de junio, y el PSOE quiere que cuando se llegue al debate plenario haya en torno a su propuesta el mayor consenso posible. Un consenso que por ahora ha conseguido con Ciudadanos para reproche del resto de partidos de izquierda, que ven con desagrado el nuevo cambio de rumbo en la política negociadora del PSOE y, más concretamente, del presidente aragonés, Javier Lambán.

Tanto el presidente del PP, Luis María Beamonte, como el del PAR, Arturo Aliaga, admitieron contactos con Lambán y se mostraron optimistas ante la posibilidad de llegar a un acuerdo para pactar la política fiscal autonómica, que ha sido objeto de debate político durante el último año, con ácidas críticas del bloque conservador en el Parlamento. Contra todo pronóstico, PSOE y Ciudadanos lograron un acuerdo por el que se rebajaba la cuantía a pagar y el número de aragoneses a los que afectaba este impuesto.

De nuevo en el programa La Rebotica de Radio Zaragoza, Beamonte veía que había buena voluntad entre PP y PSOE para llegar a un acuerdo en política fiscal.

LA RENTA BÁSICA

Pero el líder de los populares iba incluso más allá, y se planteaba hasta la posibilidad de apoyar una ley estancada y que había sido uno de los puntos de acuerdo suscritos para favorecer la gobernabilidad entre Podemos y el PSOE: la renta básica. A la pura negociación política se une una cuestión fundamental, que es la buena sintonía personal entre Lambán y Beamonte, acostumbrados a pactar con frecuencia en la anterior institución en la que ambos coincidieron, la DPZ.

A la voz de Beamonte se le añadió la de Arturo Aliaga, el presidente del PAR, grupo que también ha liderado la férrea oposición a la política tributaria del Gobierno de Lambán. Ayer Aliaga reconocía contactos «discretos» para encontrar un «amplio consenso» y modificar el mapa fiscal de la comunidad autónoma. En este sentido, consideró que los contactos «avanzan adecuadamente», a dos semanas de que se celebre el debate parlamentario.

Ante las optimistas expectativas de los dos principales partidos de la oposición, y una vez que Ciudadanos también mostró su conformidad tras pactar con los socialistas, el propio Javier Lambán reconoció ayer la existencia de estos contactos y la voluntad de llegar a pactos que, eso sí, desvinculó de los presupuestos del próximo año. Para el presidente aragonés, estos deben pactarse con Podemos, CHA e IU. Por el momento la empresa parece complicada, y más después de que Podemos renunciara hace dos días a negociarlos si no se debatía antes la política impositiva.

Lambán consideró que, dejando a un lado los presupuestos, hay «muchos asuntos» en los que tanto el PP como el PSOE se pueden entender, entre ellos la política hidráulica, donde es «notorio» que existen coincidencias entre los dos partidos, y la reforma del impuesto de Sucesiones. Pero más importante que esa reforma fiscal es para Lambán alcanzar acuerdos con la ley de financiación de los ayuntamientos. El presidente aragonés insistió en que estará «encantado» de tratar con el líder del PP aragonés, «cualquier cosa» sobre la que esté dispuesto a llegar a acuerdos.

Por su parte, el malestar de CHA ayer era evidente. «Queremos y haremos lo posible para conseguir una reforma, desde la izquierda, de este impuesto», señaló el portavoz, Gregorio Briz, quien añadió: «El PSOE ha decidido mirar a la derecha, incomprensible en cualquier situación y más en estos momentos donde hay un nuevo Gobierno en España, apoyado en fuerzas políticas de izquierdas y con sensibilidad territorial, fruto de una moción de censura tras conocerse la condena judicial sobre corrupción el caso Gürtel».