Se acerca el debate sobre el estado de Zaragoza y empiezan a brotar ideas en el ayuntamiento. El PP adelantó ayer una de las que presentará en la sesión de esta semana, referida a la movilidad de los jóvenes, que trata de ofrecer un abono mensual que funcione como una «tarifa plana de 15 euros» solo al alcance de aquellos usuarios que cumplan con el requisito de tener entre 8 y 26 años, que fomente el uso del transporte público y con vocación de hacerlo extensible a las líneas del Consorcio de Transportes del Área metropolitana de Zaragoza (CTAZ). Sería una medida que tendría un coste estimado de «un millón de euros» y que reportaría al consistorio un aumento del 10% en el uso del tranvía y el bus, ya que generaría «diez millones de desplazamientos más».

«La fórmula mágica que mejorará el transporte público no es prohibir sino incentivar», explicó el portavoz conservador Jorge Azcón, quien recriminó al alcalde Pedro Santisteve que haya tardado «cuatro años» en hacer efectiva la gratuidad para menores de 8 años, una medida que planteó el PP en su día y que, según el edil popular, va a poner en marcha «en enero» y lo volverá a vender como medida estrella este año en el debate.

UN 45% MENOS

Su apuesta, la del PP, esta vez va orientada al un público potencial de «unas 110.000 personas», los que ocupan la franja de edad de 8 a 26 años, a modo de inversión en un descuento que ahora solo se ofrece a los jóvenes de 14 a 26 que tengan el Carnet Joven, y únicamente en la modalidad de bono trimestral y anual. Estos títulos, en su opinión, deberían tender a desaparecer porque esta tarifa plana mensual les reportaría un ahorro «del 45%» sobre los precios que ahora se cobran, «unos 135 euros al año».

Azcón explicó que esta tarifa ya se implantó en Madrid -allí fue a 20 euros- y está teniendo buenos resultados, así que importar ese modelo a Zaragoza conllevaría, como mínimo, «duplicar los 8.500 abonados» que ahora hay para estos títulos de transporte público. Aunque admite que los resultados en este tipo de iniciativas son difíciles de medir.

Pero considerar que conseguiría que los jóvenes «se enganchen al transporte público» y, si funciona, reportar beneficios directos al consistorio. Por un lado, aumentar los ingresos en el bus, en la adquisición de abonos. Por otro, en el tranvía, al aumentar el uso, disminuiría la cuantía que cada año se paga a Los Tranvías por no cumplir con las expectativas de usuarios.