Será un debate menor, de los que no importan. Eso dicen los partidos mayoritarios, que hay cosas más urgentes. Pero poco antes de las siete de la tarde todos los diputados de las Cortes, con el Gobierno en pleno, incluida la presidenta, Luisa Fernanda Rudi, estaban en el hemiciclo. No se hablaba del paro, ni de la pobreza, ni de la financiación autonómica. El tema era la necesidad o no de convocar un referendo sobre el modelo de Estado. Es decir, monarquía o república. CHA e IU presentaron dos proposiciones no de ley al respecto. PSOE, PP y PAR votaron en contra, así que nada emanará al respecto del Parlamento aragonés. El 87% de la Cámara dijo no al referendo; el 13% dijo sí.

La hora punta del pleno de las Cortes llegó con el tormentoso debate en torno a la monarquía o la república. Los grupos estuvieron muy preocupados y atentos en fijar bien sus posiciones y en dejar claros sus argumentos. La portavoz de IU, Patricia Luquin, insistió en la necesidad de que se deje hablar al pueblo. "Se trata de los ciudadanos frente a los súbditos. Es el derecho a la urna frente a la sangre", subrayó. Una sociedad "del siglo XXI, madura y democrática" debe poder hacerlo, añadió, al tiempo que se preguntó si el rechazo de los partidos mayoritarios a promover el referéndum puede deberse "al miedo a ejercer la democracia".

EL MARYOR CONSENSO José Luis Soro (CHA) consideró imprescindible que el pueblo puedo hablar y expresar su opinión antes de que sea reformada la Constitución. También que después se someta la Carta Magna a un proceso de cambios profundos. "Piden consenso --dijo aludiendo al PSOE--, pero qué mayor consenso que contar con el pueblo y modificar la Constitución", aseveró el portavoz nacionalista.

Javier Sada (PSOE) insistió en la idea ya esgrimida por los líderes nacionales de su partido. Esto es, que los socialistas son republicanos, pero que un referéndum supondría contravenir la Constitución. Así que primero se debe reformar la Carta Magna y luego pedir la opinión de la ciudadanía sobre el modelo de Estado. Para cambiarlo, dijo, no hay que utilizar "atajos", puesto que la Constitución fija el mecanismo para su reforma en este aspecto. Un referéndum no tendría "ni validez jurídica, ni sentido político, ni encajaría en la propia Constitución".

En la misma se expresó el portavoz del PP, Antonio Torres, cuyos argumentos coincidieron en esencia a los socialistas. Aunque fueron más críticos con CHA e IU, a los que llegó a proponer un referéndum en Zaragoza, para elegir al alcalde que quieren los ciudadanos, pues ahora gobierna "el menos votado". "Las preocupaciones de la gente van por otro lado. Ustedes miran al pasado y quieren reescribir la historia", lamentó.

Alfredo Boné (PAR) reclamó consenso para abordar reformas de la Constitución, y sobre todo, en el plano aragonesista, deseó que los cambios en la Carta Magna no supongan un pérdida de autonomía para Aragón. "No es el momento del referendo", zanjó.