El Partido Popular moderó ayer sus anteriores críticas a la eurorregión Pirineos-Mediterráneo y, aunque admitió que se trata de "un tinglado con demasiadas incógnitas y aristas", dio un margen de confianza al Gobierno aragonés y a su presidente, Marcelino Iglesias en este proyecto. CHA e IU respaldaron la decisión de Iglesias de que Aragón entre a formar parte de esta asociación a la que también pertenecen Cataluña, Baleares, y las francesas Languedoc-Rosellón y Midi Pyrénées.

Iglesias compareció a petición propia ante el Pleno de las Cortes para informar del acto de constitución de la Eurorregión, celebrado el pasado viernes en Zaragoza, y de la cumbre de presidentes autonómicos del pasado jueves en el Senado. Iglesias subrayó que la creación de macrorregiones "se favorece y estimula" desde la Unión Europea tras "la desaparición de los efectos nocivos de las fronteras" en Europa y recordó que hay más de 60 en funcionamiento, una de ellas la Comunidad de Trabajo de los Pirineos, de la que Aragón forma parte desde hace 20 años.

El presidente del PP, Gustavo Alcalde, por su parte, aseguró que "no le vemos mayores problemas" a la declaración fundacional de esta eurorregión y "le vamos a dar un margen de confianza, aunque vamos a estar muy vigilantes". "No estamos en contra de las fórmulas de cooperación y coordinación, pero nos opondremos a cualquier planteamiento que esconda pretensiones hegemónicas de unos líderes sobre otros" y reiteró sus "recelos" hacia el presidente de Cataluña, Pasqual Maragall. El presidente de CHA, Bizén Fuster, afirmó que respaldaba la participación de Aragón como comunidad en esta eurorregión porque "no sólo es una oportunidad de futuro, sino que además Aragón se reencuentra con su historia, como es la Corona de Aragón". El portavoz de IU, Adolfo Barrena, celebró "la conformación" de la eurorregión porque va a ser "un ámbito de discusión para encontrar fórmulas para una mejor calidad de vida de los ciudadanos".