El uso del aragonés en lugares públicos o para información general ha sido un tema polémico en estos años. Uno de los más conocidos y primeros problemas al respecto de este asunto surgió en el municipio oscense de El Grado, o Lo Grau. El uso de la nomenclatura aragonesa en la señalización suscitó una fuerte polémica en la pasada legislatura. Los detractores de esta utilización, principalmente el Partido Popular, basaban sus argumentos en dos puntos: primero, la no consideración del aragonés como lengua cooficial, y, en segundo lugar, el hecho de que se trate de un dialecto y no de una lengua única y unificada, tal y como lo es el catalán. Actualmente, el propio municipio utiliza las formas El Grado y Lo Grau.

Desde entonces y hasta ahora, varios municipios han empezado a utilizar carteles con nomenclaturas aragonesas, principalmente en Huesca. En Zaragoza, donde el uso del aragonés no tiene esa tradición, el ayuntamiento editó recientemente los folletos del programa Doce lunas en esta lengua, además de en castellano. Fue una iniciativa de la concejalía de Juventud, que también depende de CHA.