No todos los pacientes con problemas de corazón pueden someterse a una cirugía cardiaca, pero eso no significa que su calidad de vida vaya a ser peor. Los avances en innovación sanitaria han permitido fórmulas alternativas y en el hospital Miguel Servet de Zaragoza han desarrollado una investigación que ayuda a predecir, mirando la cuantificación del calcio, cuándo hay que poner un marcapasos en aquellos pacientes que se han sometido a un implante valvular aórtico percutáneo. Esta técnica es la más segura para sustituir la válvula aórtica enferma en las personas que no pueden ser operadas.

Pese a ello no está exenta de complicaciones (la intervención se hace por la arteria femoral) y es ahí, ante los posibles problemas, donde la doctora María Eugenia Guillén, de la sección de Radiología Cardiotorácica del Servet, ha encontrado soluciones.

«Cuando se hace el implante de la válvula pueden darse trastornos del ritmo cardíaco, en las primeras 72 horas, por la alteración del sistema de conducción eléctrica del corazón. Esto puede requerir la implantación de un marcapasos», explica.

Para anticiparse a saber si este será necesario con tiempo y, además, adelantar la labor del cardiólogo, el equipo de Guillén ha conseguido que mediante una escáner TAC (tomografía computarizada) se pueda predecir su implantación a través de la cuantificación del calcio en el paciente. El calcio es un marcador de enfermedades de patología coronaria arterial. «Si al cardiólogo intervencionista ya le dices que el calcio está por debajo, le facilitas la planificación adecuada del procedimiento y ayuda a decidir qué dispositivo va a implantar, así como la profundidad del mismo», explicó Guillén.

La investigación, que ha sido realizada en colaboración con el resto de los integrantes de la sección de Radiología Cardiotorácica: Elena Angulo, Eugenia Núñez y Domingo Yagüe, fue premiada recientemente con el premio a la Mejor Comunicación Oral en el XIV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Imagen Cardiotorácica.

También participaron en su desarrollo la doctora Mª Cruz Ferrer, de la sección de Cardiología Intervencionista y el Ignacio de Blas, profesor de la Facultad de Veterinaria. «Hemos trabajado mucho esta vía y nunca esperas el premio, pero es verdad que hemos trabajado intensamente y estamos contentos», dijo Guillén.

Los pacientes susceptibles de esta técnica son personas con «alto riesgo quirúrgico», como personas mayores, que sufren otra enfermedad o se han sometido a radioterapia. «A todos se les pone un marcapasos transitorio durante el implante valvular aórtico percutáneo, pero no todos lo requieren de forma definitiva. La cuantificación del calcio permite saberlo con anticipo», añadió. «Lo importante ahora es ampliar la posible aplicación clínica», dijo Guillén.