La fiscala de la Adiencia Nacional Ángela Gómez-Rodulfo ha solicitado al juez Santiago Pedraz que procese a Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, Mikel Ata, por el asesinato del presidente del PP en Aragón, Manuel Giménez Abad, ocurrido el 6 de mayo de 2001, cuando el político se dirigía a La Romareda a ver un partido del Zaragoza junto a su hijo Borja. Según el diario La Razón, el magistrado accederá a la petición y procesará al exjefe de la banda terrorista -preso en Francia, donde fue condenado a dos cadenas perpetuas-, en los próximos días.

Borja Giménez Larraz, que en el momento del asesinato tenía 16 años, reconoció en octubre de 2018 a Mikel Ata como el pistolero etarra que acabó con la vida de su padre después de que la Audiencia Nacional reabriera el caso. Giménez Larraz se desplazó hasta Francia para participar en una rueda de reconocimiento.

El hijo, que ya había reconocido al etarra en fotografías - precisamente lo que ayudó a reabrir el causa-, reiteró la identificación, basada en la mirada y la mandíbula, según fuentes jurídicas.

En febrero del 2017, la Audiencia Nacional ordenó al juez Santiago Pedraz la reapertura de la causa por el asesinato, para interrogar al terrorista. En un auto, la sección primera de la Sala de lo Penal -el ahora ministro Fernando Grande-Marlaska, Nicolás Poveda y Ramón Sáez Valcárcel-, al resolver un recurso de la Fiscalía y de la familia del senador, revocó el auto de conclusión de sumario dictado por Pedraz en esta causa sin acordar procesamiento alguno y sin interrogar al principal sospechoso.

El de Giménez Abad es uno de los dos crímenes sin resolver de la banda terrorista ETA relacionados con Aragón. El segundo es el del policía nacional Julián Embid, natural de Saviñán, asesinado el 30 de mayo del 2003 en la localidad navarra de Sangüesa. Los dos casos tienen en Ata un nexo de unión, ya que la Guardia Civil siempre sospechó que la muerte de Embid fue obra de este terrorista, condenado a cadena perpetua en Francia por asesinar a dos guardias en Capbreton, en el 2007, y a un policía francés en marzo del 2010.

En sus años de actividad, ETA dejó 16 fallecidos en la comunidad autónoma aragonesa, aunque las víctimas de origen aragonés asesinadas en otros territorios de la geografía española asciendan a más de 25.