POR

ADRIANA OLIVEROS

Oro parece. Y Luis Oro es. Sí, señores. El químico zaragozano recibió ayer una nueva distinción para engrosar a su larga lista. En esta ocasión, el Premio a la Excelencia Profesional que cada año otorga el Rotary Club de la capital aragonesa, cita que reunió en la Facultad de Ciencias al galardonado y a muchos más. Ahí estaban el alcalde, Juan Alberto Belloch, el rector, Felipe Pétriz, el decano, Antonio Elipe, el presidente rotario, Juan Carlos García de Cortázar... Y también amigos del homenajeado como el catedrático Antonio Lobo, el presidente de la Academia de Medicina, Gómez Lus, y rotarios/as de pro , como la vice de Unicef, Marisa Cancela, la exconsejera de Educación Pilar de la Vega, el industrial Juan Sala, los doctores Coscolín, Calatayud y Oliveros, el cavista Bordejé, el canónigo Juan Antonio Gracia, el abogado Moncasi, el ingeniero José Manuel Arangüena (hermano del lo más plus Ramón Arangüena)... Leyó el secretario del club, el aparejador Isaac Duarte el acta. Y el profesor Manuel Martín Bueno, rotario y amigo de Oro, glosó a continuación la figura del premiado. Le definió como gran docente, eficaz gestor en su etapa política, prolífico investigador, orgullo para Zaragoza, pluriacadémico, multipremiado, humanista convencido, amante de la montaña... Y, por si fuera poco, añadió que "vale su peso en Oro". El aplauso sostenido, que incluso frenó los flashazos de José María Arbex (rotario a una cámara pegado), dio paso a la entrega del premio, al agradecimiento del homenajeado y a un audiovisual sobre él. Y tras la actuación del Coro Melchor Robledo, se trasladó la fiesta al Gran Hotel. Cena y conversación. Con buena química.