La Asociación de Padres de Alumnos del colegio Angel Escoriaza de La Cartuja ha trasladado a la alcaldía de este barrio rural su preocupación por la reordenación del tráfico realizada en el entorno. Aseguran que en las horas de entrada y salida al centro, los niños corren riesgos y exigen que se incrementen las medidas de protección y señalización.

Según un escrito dirigido al alcalde del barrio, José Ramón, "toda la circulación de acceso y gran parte de la de salida, al realizarse ante la misma puerta del colegio, provoca un riesgo inaceptable para la seguridad de nuestros hijos". Asimismo, aseguran que con la señalización actual no basta y que sería preciso instalar nuevas señales de alerta.

El alcalde del barrio indicó que ya se han tomado algunas precauciones. "Desde hace unos días, hay una patrulla de la Policía Local en la puerta vigilando las entradas y salidas al centro", dijo. Además de esta medida, el área de Movilidad Urbana del Ayuntamiento de Zaragoza también ha intervenido en el entorno del colegio. Según explicaron fuentes municipales, "se modificó el emplazamiento del paso de peatones, se instaló una valla de contención y se colocaron señales horizontales y verticales en la calle situada junto al pabellón".

BANDAS RUGOSAS En los próximos días está previsto que las brigadas municipales se desplacen hasta este barrio rural para colocar varias bandas rugosas. "Es cierto que la calle soporta mucho tráfico, pero se va a estar muy pendiente", dijeron.

Con la inauguración, el año pasado, de los nuevos accesos a La Cartuja, fue preciso reordenar el tráfico en algunas calles. Ahora la circulación se ha visto intensificada, aunque la preocupación de los padres de los alumnos se viene arrastrando desde hace años.

En septiembre, una niña de cuatro años murió atropellada tras soltarse de la mano de su madre. El suceso se produjo en la intersección de las calles 14 de septiembre y Alfonso Villapando, cuando se dirigía al colegio en el segundo día de clase.