Los vecinos del entorno de la plaza de Las Nieves, en el zaragozano barrio de Casablanca, se encuentran preocupados por las emisiones a la atmósfera que realizan las empresas ubicadas en el polígono industrial de Argualas. El humo, el continuo tránsito de camiones, las molestias por ruidos y un polvillo amarillo que se cuela en el interior de las viviendas son las pruebas en las que se basan para afirmar que en este sector existe un alto nivel de contaminación.

El área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Zaragoza niega que los niveles de emisión de las industrias superen los límites establecidos por la ley y que exista una situación de riesgo para los ciudadanos. No obstante, el hecho de que las últimas mediciones realizadas por los técnicos municipales se remonten a mayo del 2001, ha provocado la desconfianza de los vecinos. El malestar de los residentes en la zona conocida como Las Nieves se ha canalizado a través de la presidenta de la Asociación de Vecinos Olivar Valdespartera y el Consejo de Salud del barrio de Casablanca. Este último organismo solicitó en febrero un informe al Ayuntamiento de Zaragoza acerca de los niveles de contaminación tanto acústica como atmosférica. El servicio de Medio Ambiente ha reconocido recientemente en un escrito que en ningún momento se han evaluado las molestias por ruidos. En cuanto a la emisión de partículas han apuntado que hace tres años, la mayor empresa del polígono, Ebroacero, se encontraba dentro de los límites.

Lo que más preocupa a los vecinos del entorno es la existencia de polvo amarillo en el aire. "Se mete por todos los lados, incluso en las casas, y se adhiere a la ropa de los tendedores. Algunos nos ha venido diciendo que han tenido que volver a lavar la ropa para eliminar las partículas", denunció Ana Anta, presidenta de la Asociación de Vecinos Olivar Valdespartera.

El continuo tránsito de vehículos en la calle Argualas para acceder al polígono también genera malestar. De hecho, ya se ha solicitado en varias ocasiones la creación de un vial por detrás de las empresas, en la parte más alejada de las viviendas, para evitar las afecciones a los residentes. "Queremos que se realice un seguimiento completo en el que se incluyan mediciones acústicas. Sabemos que sólo con el volumen de tráfico que se soporta se superarán los decibelios reglamentarios", apuntó la presidenta.

Según manifestó, se estará alerta y se exigirán al consistorio los resultados de las próximas mediciones, previstas en junio.