Irak, Afganistán, Kosovo, la Antártida, Bosnia, Macedonia... "El Ejército participa cada vez en más misiones internacionales y muchas de ellas tienen un alto interés informativo. Por eso necesitamos más militares que ejerzan como técnicos en comunicación pública en las zonas de conflicto".

Esa es la causa, explica el comandante de Estado Mayor Rufino Calleja, por la que 26 suboficiales de todo España se han concentrado una semana en Zaragoza para recibir formación sobre cómo relacionarse con los periodistas en las misiones internacionales.

Redacción de comunicados, técnicas sobre cómo actuar en las entrevistas, conferencias de prensa... Una semana de clases que han tenido lugar en la Escuela de Guerra de la capital aragonesa.

Calleja, uno de los profesores que ha impulsado este curso y que pertenece al gabinete del Jefe del Estado Mayor del Ejército, destaca "la particularidad" del trato entre las tropas y los periodistas en las zonas azotadas por la guerra: "En las misiones internacionales debemos respetar las directrices de las coaliciones. Pero, además, el contacto con los medios de comunicación es distinto del que se ejerce en España. Es más intenso y continuo. Esas peculiaridades nos obligan a mantener relaciones especiales y a ayudarles a veces en la búsqueda de fuentes".

El tira y afloja entre militares y periodistas para no ceñirse a los datos oficiales suele ser habitual en los países que se enfrentan a un conflicto armado. "La seguridad de las operaciones y de los contingentes no se puede alterar, al igual que debe preservarse el derecho a la intimidad de los militares en los accidentes", indica Calleja.

Ahora bien, a menudo surge el llamado "dilema" dentro del ámbito castrense. Esa sensación aparece en cuestiones que provocan dudas a los especialistas sobre la necesidad de darlas a conocer. "Hay ocasiones en las que se sopesan los límites y el derecho de información del periodista, porque el objetivo último es informar a la sociedad. Ahí es el militar quien debe analizar si debe o no contar una historia", matiza.

Sin embargo, el comandante Aparicio considera que en último término existe una frontera inquebrantable: "Podemos hablar sobre lo que ha sucedido, pero no sobre lo que vaya a ocurrir en el futuro".

Ahora bien, estos mandos señalan que las directrices informativas dependen del Ministerio de Defensa, que da las pautas a los tres Ejércitos.

Aunque con el paso del tiempo, algunas de esas misiones han dejado de acaparar portadas, se considera "igualmente importante" mantener a los técnicos en la zona, indica el director accidental de la Escuela de Guerra, el teniente coronel Lao Fuster. "Cuando se abre una misión es necesario contar con grandes equipos porque la tensión informativa es mayor. Pero suelen mantenerse aunque pase el tiempo porque los medios regionales siguen interesándose por las tropas de su comunidad", añade Fuster.