Los trabajos de recrecimiento de la presa de Yesa, entre Navarra y Zaragoza, han superado ya el 80% del total de la obra prevista para ampliar la capacidad de almacenamiento del embalse. Pese a las protestas de los afectados y opositores al proyecto, que denuncian movimientos en una de las laderas donde se apoya la presa, las obras nunca se han parado, aunque han pasado por épocas de mayor y menor intensidad.

Según informó ayer la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), durante este año se prevé terminar los trabajos de movimiento de tierras para elevar el cuerpo de la presa, en cuya construcción se han utilizado hasta ahora 2,7 hectómetros cúbicos de materiales del total de 3,3 previstos.

La altura de la presa se sitúa en la cota 492 del embalse, 80 metros sobre los cimientos, 28 por debajo de la altura total prevista. Además de los trabajos realizados en el cuerpo de la presa, se ha ejecutado el desagüe de fondo y la conexión con el canal de Bardenas, así como las obras de reposición de la carretera A-1601, que comunica con Sos del Rey Católico por el Puerto de Cuatro Caminos.

Para completar las obras de recrecimiento, falta todavía la ejecución de los aliviaderos de la presa, el dique de cola y el muro defensivo de Sigüés, el dique de cola del río Aragón y la pantalla de impermeabilización.

Las mismas fuentes señalaron que este mes han visitado las obras representantes de la Comunidad General del Canal de Bardenas, y precisaron que a lo largo de las próximas semanas lo harán miembros de las comisiones de Desarrollo Rural de los parlamentos navarro y aragonés.

Además, a finales de este mes se hará público el nuevo informe de situación de la ladera derecha de la presa, cuyo movimiento, indica la CHE, es «imperceptible» salvo para la instrumentación instalada.

Hasta el momento, según el organismo de cuenca, se ha confirmado que no existen movimientos significativos en la presa, y que en los puntos en los que se ha detectado es, según las clasificaciones internacionales, «extremadamente lento».

Sin embargo, esta no es la opinión de los opositores al embalse, quienes siguen denunciando el riesgo de la ladera por su inestabilidad, que se vería aumentada por los movimjientos sísimcos. Además, acompañan estos temores con informes técnicos de reputados geólogos que también consideran inviable un embalse a una cota tan elevada.

En relación a la situación de la cuenca, destaca la CHE que el embalse de Yesa ha tenido que desalojar 77 hectómetros cúbicos entre los meses de febrero a abril debido al proceso de deshielo.

Con el recrecimiento llevado a cabo, el volumen desalojado habría sido «clave» para, entre otros usos, apoyo de los regadíos en el eje del Ebro, en situación de emergencia a causa de la sequía, indicó el organismo de cuenca.

La CHE insiste en que el recrecimiento de Yesa es una obra de interés general, una pieza «fundamental», subraya, para garantizar el abastecimiento de agua a Zaragoza y su entorno y el caudal ecológico del río Aragón, permitir la laminación de avenidas y consolidar la zona regable de Bardenas.