La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, rechazó ayer que la desalación cause grandes problemas medioambientales y acusó al PP de "intoxicar" a la opinión pública al lanzar la idea de que las plantas desaladoras contaminan. La ministra aprovechó el acto de toma de posesión del presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, José Luis Alonso, para denunciar que por parte de dirigentes del PP hay "un esfuerzo desmedido por desacreditar la desalación" y "una oleada de intoxicación" en relación con la contaminación por salmuera que generan estas plantas de tratamiento de aguas. Tras señalar que la alternativa del Gobierno al trasvase prevé desalar unos 600 hectómetros cúbicos anuales, destacó que actualmente las tecnologías dan respuestas técnicas y reducen los vertidos al mar de salmuera. En cuanto a la construcción de nuevas desaladoras, la ministra avanzó que el Gobierno dará prioridad a las que usen energías renovables y se exigirá una reducción al mínimo de vertidos de salmuera el mar.