La cárcel de Daroca vivió el sábado por la mañana un episodio de «gran tensión» que terminó con cinco funcionarios heridos leves a manos de un preso y ocho internos en aislamiento tras acorralar a los guardias presentes. El suceso fue hecho público ayer por el sindicato CSIF, que denunció el «alarmante aumento» de este tipo de agresiones y pidió más personal y «protocolos» para acabar con la «inseguridad jurídica» que sufren en estos episodios.

El de este sábado ocurrió sobre las 11.45 horas, explicaron fuentes del sindicato, cuando una pareja de funcionarios fueron a buscar a un interno, G. S., de «origen rumano y gran corpulencia», según explicaron. Le querían trasladar a la enfermería, que visita regularmente a requerimiento de los doctores, para evaluar su estado. Pero el sábado se negó a abandonar la sala de la televisión, donde estaba con otros internos, y se puso violento a medida que le insistían en abandonar la estancia.

Ante el cariz que estaba tomando el episodio, la pareja de guardias fue a llamar a otros compañeros, que volvieron a la sala a trasladarle. El preso no se arredró y agredió a cinco de los funcionarios, causándoles lesiones leves (hematomas y alguna distensión muscular) tanto al atacarles como al resistirse a ser reducido. No obstante, consiguieron inmovilizarle.

Pero el episodio no quedó en eso. En el salón había «cerca de 40 internos», en un módulo para reos conflictivos, como era el caso de G. S.. Y varios de ellos comenzaron a increpar a los guardias que habían reducido al interno, e incluso les acorralaron, impidiéndoles el paso.

REFUERZOS / Esto motivó que el jefe de servicio diera aviso al director del centro y otros mandos, que requirieron la presencia de otros funcionarios e incluso se acercaron algunos de los que tenían día libre, al ser fin de semana. Finalmente pudieron hacerse con la situación, y ocho de los reos fueron llevados a celdas de aislamiento tras ser contenidos, informaron fuentes del sindicato.

La agresión llegaba apenas un mes después de que otros dos funcionarios fueran agredidos por otro preso, ya trasladado a otro penal.

Según las fuentes sindicales, la falta de efectivos por la ausencia de oferta de empleo público en el sector es una de las causas que explican que estos sucesos estén creciendo «de manera alarmante». «Y eso que en Daroca no estamos particularmente mal en cuanto a personal, aunque no está cubierta la Relación de Puestos de Trabajo», aseguraban.

Pero también influye la falta de protocolos para estas agresiones. «No sabemos a qué atenernos, lo que nos crea una gran inseguridad jurídica», explicaban las citadas fuentes. Por lo que explican, la indefinición de su carácter de autoridad y el uso adecuado de la fuerza les hace salir perdiendo, jurídicamente, cuando han de intervenir en estos casos.