Con el pelo largo, teñido de negro, vestido como si fuera un indigente (aunque con ropa limpia) y con documentación falsa. Así fue descubierto ayer por agentes de la Policía Nacional, Benito Ortiz Perea, el hombre de 61 años que hace poco más de un mes consiguió fugarse de la cárcel de Zuera (Zaragoza) cuando regresaba de las Urgencias del hospital Miguel Servet de la capital aragonesa. A última hora de la noche, el juez de guardia decretó su ingreso en la cárcel. El pasado fin de semana la Policía le había detectado en el barrio de Torrero, aumentándose la presencia policial en la zona para presionarle.

El arresto se produjo, tal y como adelantó EL PERIÓDICO en su web, por la tarde en la estación intermodal Zaragoza-Delicias cuando Ortiz Perea pretendía viajar a Valencia para seguir disfrutando de su libertad. Dos agentes pertenecientes a la Brigada Móvil de la Policía Nacional fueron los responsables del mismo. Según fuentes consultadas, estos policías observaron al fugitivo cuando se encontraba en la zona de las taquillas de la estación. Ante la presencia policial, Ortiz Perea bajó la cabeza mientras continuaba su camino, si bien miró de reojo. Fue la confirmación para los agentes de que algo extraño ocurría.

Inmediatamente le fue dado el alto y le pidieron la documentación. La foto y la identidad que ahí aparecía no se asemejaba a su estado actual, por lo que comenzaron a hacerle preguntas que le hicieron ponerse todavía más nervioso. Ante dicha actitud y la posibilidad de que pudiera tratarse de una identidad falsa, los agentes decidieron montar un operativo especial para trasladarlo a la comisaría del Actur de la Policía Nacional donde le tomaron la huella dactilar. Fue en el momento en el que los agentes eran conocedores de quién era realmente ese hombre: Benito Ortiz Perea.

El hasta ayer una de las personas más buscadas en España llevaba consigo una bolsa con equipaje, dinero y no portaba ningún tipo de arma con la que defenderse. Pretendía seguir fugado en Valencia, ciudad que conoce bien puesto que allí cometió, junto a sus hermanos, varios atracos a bancos. En uno de ellos no dudó en matar a un policía.

Fue en Valencia donde la Unidad de Delincuencia Especial y Violenta (Udev) de la Jefatura Superior de Policía de Aragón le arrestó antes de ingresar en prisión. Fue en junio del 2016, después de secuestrar a una joven en Zaragoza y de asaltar una armería en Huesca. Fue condenado a más de 20 años de cárcel.

Ortiz Perea consiguió fugarse de la cárcel de madrugada, cuando regresaba del hospital tras ser atendido por el dolor que sufría por una operación de una fístula. Saltó la ambulancia en la que iba cuando iba a entrar al módulo de ingresos y se fugó.