La oposición estaba esperando como agua de mayo el cierre del presupuesto del 2018 sobre el que se daban datos ya concretos de lo que ya se esperaba: la baja ejecución. Así lo consideraron de forma unánime el PP, PSOE, Ciudadanos (Cs) y Chunta, que remarcaron al responsable de las finanzas, Fernando Rivarés, que el año pasado se dejó sin gastar 49,3 millones de euros. Es en lo que se traduce un cumplimiento del 93,66% de lo consignado en las cuentas, que no deja de ser un promedio sobre todos los capítulos, en el que sale peor parado lo más grave para la ellos, la inversión real, que se dejó en la caja más de 21 millones de euros, de los 47,4 que había previsto.

Ahora el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) debe gestionar los 18,3 millones de euros que quedaron como remanente de tesorería que, curiosamente, solo puede evitar que vayan a parar a los bancos que el Ejecutivo central apruebe los Presupuestos Generales del Estado para este año. Porque la intención es dedicarlo a inversiones que se puedan hacer a tiempo antes de que finalice el año y las cuentas estatales no se prevé que estén pronto. Sin embargo, reducir deuda puede servir para que Rivarés siga, como ayer, alardeando de aminorarla. Se la encontró con un 124% sobre los ingresos anuales de Zaragoza y ahora ronda «el 85%».

Sin embargo, la lectura de la oposición es otra, especialmente la de quienes apoyaron ese presupuesto. El portavoz de CHA, Carmelo Asensio, le recriminó que «han priorizado el pago a la patronal (las grandes contratas) y a los bancos», porque son «un chollo» para las FCC, Ferrovial y demás multinacionales que tanto han atacado y a las que ha dedicado más dinero para saldar las deudas pendientes, al tiempo que en Personal se ha dejado 5 millones sin ejecutar, en Servicios Públicos, 20 o en Derechos Sociales, otros 5. «Esto son recortes», apostilló.

El socialista Javier Trívez añadió que gracias a este dinero sin gastar «vamos a cumplir la regla de gasto», por lo que esa obediencia se amplía al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. «Son las contradicciones de esta izquierda radical», apuntó, dejar sin invertir en la ciudad pero pagar a quienes critica. «Es un fracaso sin precedentes», añadió.

María Navarro, del PP, lamentó que esta baja ejecución cuando los ingresos han sido de «27 millones más», procedentes del Estado o los impuestos, y aún así se deje sin gastar en inversiones reales 21 millones, que multiplica por siete lo que se dejó en la caja en el 2015, apenas 3. «ZeC es lo más incoherente y fracasado que ha tenido este ayuntamiento», añadió.

Rivarés les reprochó que le critiquen por cumplir la «maldita» regla de gasto, a la que está obligada la ciudad y que sus ataques son «requiebros de demagogia», especialmente del PSOE, que durante años infradotó los servicios y que ahora incluye proyectos «inejecutables como Tenor Fleta» en las cuentas.