El Pleno de las Cortes ha dado hoy el visto bueno inicial al presupuesto de Aragón para 2016, que asciende a 5.129,9 millones de euros, con el apoyo de PSOE, CHA, Podemos e IU y el rechazo de PP, PAR y Ciudadanos, que niegan que sea social y consideran que no aborda lo primordial, crear empleo.

El consejero de Hacienda, Fernando Gimeno, ha defendido en el pleno las cuentas al asegurar que se dirigen a las personas, dado que aumenta el gasto social en 350 millones de euros respecto al presupuesto de este año y recuperan el 80 por ciento de los recortes de los últimos cuatro años.

Gimeno ha incidido en que el presupuesto está condicionado por el del este año, que era "falso" al aparecer "facturas en los cajones" por 700 millones correspondientes a 2013 y 2014, una situación "irreal" que se tenía que transformar y la realidad es que habrá 300 millones de ingresos de caja para impulsar las políticas sociales, que es la prioridad marcada por el Gobierno, de forma que en otras cuestiones, como las carreteras, se avanzará "cuanto toque".

Ha remarcado que el Gobierno PSOE-CHA ha tenido en cuenta en su elaboración las propuestas de los grupos que también apoyaron la investidura como presidente de Javier Lambán, Podemos e IU, y ha restado importancia a la visión "catastrofista" con la que se pretende ignorar la realidad política de Aragón y las diatribas contra Podemos, que "parece que tienen cuernos" pero "no es para tanto".

Sin embargo, en el turno en contra, el portavoz del PP, Antonio Suárez, ha afirmado que los presupuestos no son sociales, carecen de credibilidad y transparencia, por cuanto se sustenta en un plan económico financiero que las Cortes no conocen, no favorecen la actividad económica y el empleo, que es lo primordial, no son los que necesitan los aragoneses y solo tienen por objetivo mantener a un presidente "en el sillón".

Elena Allué, del PAR, ha incidido en que las cuentas plantean más recortes y solo tratan de "vestir a un santo para desvestir a diez", porque se "cargan" todos los sectores productivos y no atienen a lo principal, la creación de empleo, al tiempo que ha lamentado la posición del PSOE, sometido al "chantaje" de Podemos y "prisionero" de su decálogo en lugar de buscar apoyos en otros grupos con "más altura de miras".

Javier Martínez, de Ciudadanos, ha tachado el presupuesto de "auténtico cuento chino", porque no se puede cumplir e incluye recortes "encubiertos" en lo primordial en política social, que es la creación de empleo, además de que deja algunas consejerías "anuladas" y no reflejan el desembolso para el pago de la extra a los funcionarios, la renta social básica o una dotación para la ley de Capitalidad de Zaragoza.

Maru Díaz, de Podemos, ha apoyado que siga su tramitación el presupuesto después de que haya sido su grupo, con un "tirón de orejas" al PSOE, el que haya conseguido el aumento del gasto social y, en ese sentido, ha dudado de la vocación de izquierdas de Lambán y ha advertido de que presentarán enmiendas y que serán los hechos los que les den credibilidad si las apoyan.

Por su parte, por el grupo mixto, Gregorio Briz, de CHA, ha subrayado que no es el presupuesto ideal pero sí el posible, que el objetivo es poner la atención en las personas y recuperar los derechos y servicios perdidos por un modelo de la derecha "injusto, agotado y caduco", cuyas cuentas eran irreales en ingresos y gastos y una "fabrica de generar déficit".

Patricia Luquin, de IU, ha subrayado que representa un cambio de tendencia a cuatro años de ajuste "puro y duro", y ha criticado el "cuajo" del PP y el PAR al cuestionar unas cuentas que representan en la parte social un esfuerzo importante, aunque se quede corto para IU, que reclama al PSOE que a partir de ahora haya un "cuarteto" y no solo pacte con Podemos.

Javier Sada, del PSOE, ha aseverado que estos presupuestos ponen a los ciudadanos en el eje central de las políticas, dando un giro a la obsesión por el "control" de una "mala contable", en alusión a la expresidenta Luisa Fernanda Rudi, que cuadraba las cuentas "a martillazos", no cumplía el déficit y ha dejado como herencia a los aragoneses una deuda de 12.000 euros por familia a pesar de los recortes.